Este año la fecha mayo ha marcado líneas divisorias en el seno de la sociedad búlgara, que hasta este momento celebraba la fiesta las Comunidades Europeas y el Día de la Victoria sobre el nazismo sin desviar el acento en la significación de ambas conmemoraciones. Por un lado, el día de Europa se vincula con la fundación de a actual Unión Europea. Por el otro, el Acta de la Capitulación Incondicional de Alemania, firmada en la noche del 8 al 9 de mayo, a las 22:43 horas, hora europea y, respectivamente a las 00:43 horas, hora de Moscú, es conmemorada asimismo como Día de la Victoria sobre el fascismo, triunfo que puso fin a la II Guerra Mundial. Ambos acontecimientos tienen una importancia igual y no pueden ser motivo para la división. Así lo opinan, contundentes, los politólogos Parván Simeonov y Strajil Delíyski. Los dos han comentado ante la agencia búlgara de noticias BTA que los grupos polarizados en la sociedad búlgara,. aunque más bulliciosos, representan de hecho, unas minorías.
“Hay que dejar de politizar acontecimientos con fecha retroactiva", señala Parván Simeonov, agregando que, a su juicio la variante óptima para conmemorar el 9 de Mayo sería otorgar a la historia lo que es de la historia y reflexionar sobre la política al margen de la historia. "No debemos proyectar la política actual al pasado, hay que matizar las consideraciones”, dice el politólogo.
Según Simeonov, los días 8 y 9 de mayo son los días en que fue vencido el nazismo y, al mismo tiempo no olvidar que el 9 de mayo es el Día de Europa hay que dejarlo al margen de todo lo demás. ”No he dejado de pensar que somos capaces de reflexionar juntos en torno a estas cosas, condenado la agresión de Putin y dándonos cuenta de que a mediados del siglo pasado, para bien o para mal, la Unión Soviética, los EE.UU. y Gran Bretaña iban juntos. Debemos rendir el debido homenaje al triunfo sobre el nazismo en aquella guerra en la que Bulgaria intervino en su segunda fase y, al mismo tiempo, debemos de renegar del Día de Europa -resalta Parván Simeonov- . Cree que esto es cuestión de una sabiduría elemental sobre todo de la elite política".
Según el politólogo Strajil Delíyski, al margen del contexto de la guerra en Ucrania, parece que existe cierto tipo de propensión a considerar que el Día de Europa hubiera sido imposible sin el Día de la Victoria. Ahora, empero, este conflicto, a juicio de Delíyski seguramente provocará nuevas líneas divisoria con respecto al 9 de Mayo. ”La polarización con respecto a la guerra en Ucrania, en concreto, como cualquier polarización en el seno de una sociedad, es muy visible, muy palpable, pero los grupos polarizados son unas minorías en la sociedad. Por cierto, sus posiciones resuenan fuertemente, estos grupos formulan, en cierta medida, la agenda. Sin embargo si se examina cualquier sondeo demoscópico de propensiones se comprobará que la mayoría de los búlgaros no tiene necesidad de tal tipo de polarización para que se identifique como un grupo. Las minorías se nutren de la polarización, el problema comienza cuando estas minorías llegan a tener una presencia muy fuerte, tanto en los medios informativos como en las instituciones del poder”.
Según Delíyski, la posición tradicional con respecto a Rusia no está bajo ningún concepto en conflicto con las ideas y valores pro-europeos claros que abriga la parte enorme de la sociedad búlgara. ”Estas dos cosas, por definición, no están separadas. Se produce su separación cuando se les debe emplear para una movilización política. Nadie se siente incómodo de tener, simultáneamente, simpatías por Rusia, tradicionalmente, y abrigar simpatías por Europa, en esto no hay contradicción alguna. Es que nosotros podemos serlo todo simultáneamente, pero cuando a elección de identidad se plantea como “o esto o aquello” entonces evidentemente se trata de una propaganda”.
Según el analista, hay una grave división en la sociedad búlgara, motivada en su esencia por desequilibrios económicos.
Adaptado por Darina Grigórova
Versión en español por Mijail Mijailov
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