La ovinocultura en Bulgaria viene sufriendo en las últimas décadas un decaimiento pertinaz, falta un respaldo sólido a los criadores de ovejas por parte del Estado. Si en el año 1985 los ovinos en el país sumaban 11 millones, hoy su número es de apenas 1 millón, aproximadamente.
Sin embargo, la granja del ingeniero zootecnista Sevdalín Sevov, en la ciudad de Saedinenie, pone de manifiesto que cuando una persona realmente tiene y promueve una iniciativa acaba logrando sus objetivos, independientemente de las condiciones. En esta granja se crían exclusivamente ovejas de la raza francesa Lacaune, especialmente seleccionada para la producción lechera. La granja fue creada en 2013, marcando el comienzo de su andadura un cargamento de ovejas para la recría llegado en camión desde Francia. Dos años después, en el marco de un programa europeo fueron llegando a la franja otros 6 camiones cargados de borregas. Actualmente hay en la granja 3.000 ovejas, de las que casi 2.000 son ovejas madres. Según las normas búlgaras para las grasas en la leche de ovejas, éstas ha de ser de un 6,5% pero en las ovejas de la raza francesa este porcentaje llega a un 7,5%. La leche se distingue asimismo por su nivel más elevado de proteínas. ”Con una cría tan concentrada de un elevado número de animales, permitir la entrada de un contagio significaría que ya nos hemos demorado en todas las medidas. Por esto en nuestro trabajo son muy importantes la vacunación, el respeto del proceso tecnológico, la nutrición, los cuidados, para frustrar así cualquier enfermedad en los animales”, resalta Sevdalín Sevov.
Dice que fue una especialización suya de 6 meses en Francia la que sentó el principio del proyecto de la cría de la raza Lacaune en la localidad búlgara.
“Procuraba en esta especialización irme familiarizando directamente con la experiencia francesa, visitar el mayor número posible de granjas de cría de la raza Lacaune, ver las tecnologías que se estaban empleando. Establecimos asimismo una cooperación con la asociación francesa de cría de esta raza. Esta estancia en Francia me fue de extraordinaria utilidad”.
En 2005 se importaron a Bulgaria los primeros pocos ejemplares dela raza Lacaune. La cría masiva de la misma en Bulgaria se inició en los año posteriores a 2013. Se creó asimismo una Asociación de la raza Lacaune,con un programa de selección rigurosamente respetado. Al comienzo la asociación agrupaba a unas 2.000 ovejas y de 4 a 5 granjas. Ahora éstas ya suman más de una treintena, y las ovejas Lacaune son más de 20.000.
Sevdalín señala que esta raza es muy bien adaptable debido a las particularidades climáticas similares en Bulgaria y en las regiones de su cría en el Mediodía francés. Dice lamentar que tras haber existido antaño en Bulgaria óptimas razas lecheras, falte ahora una estrategia nacional para este sector sumamente despreciado y arruinado, pese a ser capaz de ofrecer sustento a la gente y crear puestos de trabajo.
“Hace unos 40 o 50 años la raza de ovejas Lacaune tenía posiciones paritarias con las de las razas lecheras búlgaras. Me refiero a la mejor raza para leche, la oveja de cabeza negra de Pleven, que tenía características iguales alas dela raza Lacaune. Sin embargo, actualmente casi no se ha producido un progreso genético en esta raza búlgara. Se ha quedado ésta en el mismo nivel de antes, de un rendimiento de casi 100 litros de leche en el período de lactancia, en tanto que en la raza Lacaune ya se puede comprobar un rendimiento de 350 a 400 litros“.
Según Sevov es viciosa la práctica de subsidios empleada en Bulgaria, que se hace por cada cabeza de animal. Esta forma de subsidios no incentiva a los ganaderos a procurar desarrollar las cualidades reproductivas de los animales de están criando. Desde la Asociación de la raza Lacaune no han dejado de alertar sobre este hecho pero los avisos no han conllevado un cambio. A pesar del estado grave en el sector, es posible dársele un fuerte impulso siempre y cuando exista un deseo de cambio por parte del Estado, opina convencido Sevdalín. Y agrega:
“Cuando comento el tema con colegas míos pienso que hemos de trabajar en crear, en base a razas importadas, una oveja búlgara para leche que sea capaz de satisfacer realmente las necesidades de nuestros ganaderos. En las asociaciones de recría ya se están dado pasos iniciales en este sentido, pero en este afán se ha de contar, por cierto, con el respaldo del Estado, e incorporar a esta labor también institutos científicos. También hace falta una política proyectada concretamente a la recuperación de la cría de ovejas en Bulgaria”.
Adaptado por Miglena Ivanova a base de una entrevista de Zornitsa Gárkova de Radio Nacional de Bulgaria
Versión en español por Mijail Mijailov Fotos: archivo personal
Fotos: archivo personal
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