El 18 de enero la Iglesia Ortodoxa Búlgara venera la memoria del “padre de la Iglesia Oriental”, como fue llamado ya en vida san Atanasio, quien nació, en el año 295 en el seno de una familia cristiana pobre, en Alejandría, la capital de Egipto.
San Atanasio el Grande fue un teólogo y clérigo egipcio, patriarca de Alejandría desde el año 328 al 373. Además, fue el primero en difundir en Europa el monacato, que se originó en Egipto.
Según la creencia popular, san Atanasio impera sobre los fríos invernales, las nieves y los hielos. En Bulgaria es ampliamente difundida la leyenda que reza que el día de su fiesta, san Atanasio se quita el abrigo de invierno y, vistiendo una camisa blanca, a lomo de un corcel blanco, sube a la montaña y grita: “¡Márchate ya invierno, vente, verano!”. Es por eso que los búlgaros solemos decir que a partir de este día, el invierno comienza a ir atando su fardo para irse y ceder el paso a la primavera y la naturaleza renaciente.
El pueblo búlgaro asume a san Atanasio y san Antonio (a quien veneramos un día antes) como hermanos gemelos. Por esta razón, en Atanásovden (como es conocida la celebración popular en Bulgaria −el nombre en español significa “día de Atanasio”), en algunas partes del país, antaño se practicaban ritos de hermanamiento con la convicción de que los dos santos gemelos velarán por los cofrades, protegiéndolos de por vida.
En la tradición búlgara, en este día, celebran su santo quienes llevan los nombres de Atanás (la variante búlgara del nombre Atanasio) y Atanaska y sus derivados. Este día es considerado, asimismo, fiesta gremial los herreros y los cuchilleros, puesto que, según cuenta la leyenda, san Atanasio y san Antonio eran herreros e incluso inventaron los alicates de herrero. Puede conocer cómo fue que sucedió esto, así como otras curiosidades relacionadas con esta festividad en uno de nuestros artículos de archivo, que puede encontrar AQUÍ.
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