La crisis generada por la Covid-19 ha incrementado el consumo de alimentos ecológicos del 10 al 20% en los distintos países, indica la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica. En Bulgaria, sin embargo, no hay datos sobre la cantidad y el tipo de los alimentos biológicos que se compran y según la estadística de las organizaciones sectoriales, la miel de abeja es el único producto ecológico que se produce en Bulgaria en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades del mercado nacional.
Son menos de 4.000 las granjas en que se cultivan productos orgánicos en Bulgaria, indican datos del Ministerio de Agricultura. Una gran parte de los granjeros biológicos se dedican al cultivo de plantas y prefieren las plantaciones perennes: 3.031 granjas biológicas cultivan poco más de 165.000 hectáreas de tierra, lo cual está por debajo del 3% del total de la tierra labrada en el país. El análisis del Ministerio de Agricultura muestra que las granjas ecológicas de cría de animales son apenas 255. Los apicultores biológicos no entran en esta cifra, ellos suman casi 2.000 y se dedican a la crianza de una cuarta parte de las familias de abejas en Bulgaria.
En momento de crisis que amenaza la salud humana los consumidores, lógicamente, cambian su comportamiento y comienzan a optar por alimentos de mejor calidad, explica Stoilko Apóstolov de la Fundación Bioselena.
Los productores de alimentos ecológicos en Bulgaria no disponen de información concreta acerca del consumo de tal tipo de productos, no hay datos si la pandemia ha incrementado el deseo de los búlgaros de consumir comida saludable. “No sabemos nada, trabajamos a ciegas”, señala ante Radio Nacional de Bulgaria Apóstolov:
“Según mis observaciones, el mercado de productos biológicos en Bulgaria va creciendo pero no podemos concretizar los niveles ya que nadie recopila información al respecto. Una de nuestras suposiciones es que los búlgaros consumen predominantemente productos biológicos importados”.
A estas alturas los productores búlgaros de alimentos biológicos no tienen la posibilidad de satisfacer incluso el limitado mercado nacional de productos orgánicos.
“El 99% de todos los huevos ecológicos en el marcado son importados. Tenemos 500 gallinas certificadas, sobre el telón de fondo de los millones de gallinas certificadas convencionales. En el sector de la carne tenemos ventas muy bajas de carne ecológica de ternera, mientras que el resto, la carne porcina y los embutidos, son importados. Ni hablar de las frutas y hortalizas. Parece que únicamente la miel biológica y parte de los productos lácteos y las hortalizas satisfacen el mercado nacional. Una gran parte del resto de los productos viene del extranjero”.
Resulta que en el ámbito de la producción ecológica, a semejanza de otros sectores, Bulgaria es más bien exportadora de materias primas, por lo cual otros países se benefician del valor añadido. La causa es que los grandes productores de materia prima se ven dificultados para encontrar a un procesador que elabore la producción y que la comercialice en el mercado nacional.
Todo esto sucede sobre el telón de fondo de las dudas incesantes de si los productos ecológicos son ecológicos de verdad y si los altos precios justifican la calidad. “Hay personas que compran estos productos orgánicos y estos son importados porque si hay demanda habrá oferta”, señala Stoilko Apóstolov. Resulta que no obstante el escepticismo del búlgaro respecto a los productos biológicos certificados éste trata de ofrecérselos a sus hijos.
“Hay grupos de alimentos que continúan desarrollándose muy bien y se comercializan de manera excelente, se trata de los productos para bebés y niños. En éste campo se observa un permanente aumento desde hace años ya que el búlgaro trata de dar lo mejor a sus hijos”.
La idea es que esta calidad sea cada vez más accesible y de mayor producción. El objetivo es que para el año 2023 una cuarta parte de todos los terrenos agrícolas en los países de la UE sean certificados para la producción biológica. Bulgaria, sin embargo, está muy lejos de esta meta. “En Bulgaria la producción es del 2.3%, están detrás de este país solamente Malta e Irlanda”, precisa el presidente de la ONG búlgara que trabaja a favor del desarrollo de la producción ecológica en Bulgaria desde 1995 a la parte.
Entrevistó Veselina Milánova
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: BGNES,Pixabay
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