Se conocieron en Viena como participantes en una formación de jazz. Lubomir Gospodinov es de Bulgaria, y Nikola Stanósevic, de Serbia. Los unieron sus raíces balcánicas y su interés hacia los experimentos con la música etno-jazz, sobre todo ritmos impares que se conservan mejor y de manera más variada en la música folclórica búlgara. Así echaron los cimientos de Devet, un proyecto interesante y sumamente exitoso. Posteriormente se sumó a ellos la cantante Jelena Krstic, de Serbia, como cantante invitada en algunas de sus piezas. Y, como suele suceder en los Balcanes, los contactos profesionales se transformaron en íntimas amistades que continúan hasta hoy en día.
En la atmósfera multicultural de la capital austríaca una cooperación musical de esta índole es algo habitual. Para Lubomir, Nikola y Jelena es una oportunidad única de compartir y enriquecer sus ideas comunes, ya que los tres crecieron con la tradición balcánica, tienen educación clásica y están enamorados de la improvisación musical. Hace menos de un mes el dúo Devet y Jelena tomaron parte en Bansko Jazz Fest, siendo esta su primera actuación en Bulgaria. Después del concierto dieron sus primeras entrevistas a Radio Bulgaria.
Jelena procede de una familia de músicos. Se graduó en el conservatorio de Graz. En Viena se licenció en las especialidades de pedagogía, canto de jazz y canto clásico. Tiene su propia escuela de canto, ha creado un sistema propio de enseñanza que describió durante el confinamiento. Sus alumnos son de EE. UU., Rusia y distintos países europeos. Entre los periodos más activos de su carrera está la participación en el grupo de José Feliciano, cuando cantaba por el mundo entero y compartía escenario con músicos legendarios. Dice que Bulgaria le agrada, le gusta el temperamento de los búlgaros, la arquitectura, la comida y, desde luego, el folclore.
“Me gusta cantar todo tipo de música, sobre todo balcánica. La siento en la sangre. Me gustan los ritmos impares, ya que cantándolos me siento libre. He de decir que al interpretar canciones búlgaras me siento feliz. La sensación es magnífica. No siempre me viene bien cantar en otro idioma, pero cuando canto en macedonio y en búlgaro tengo la sensación de cantar en mi idioma materno, el serbio”.
“De pequeño soñaba con vivir en una ciudad grande donde la gente me conociera por mi música. Puedo decir que cumplí mi sueño poco después de asentarme en Austria. Conocí a Lubomir en 2005, cuando tocábamos en una banda de jazz. La primera composición que interpretamos fue Devet (Nueve), y esta es una de las causas por las cuales denominamos así nuestro dúo, así como nuestro primer álbum, grabado hace 3 años. Planeamos el siguiente, Devet Extended, con la participación de algunos músicos invitados. Me alegro mucho de estar aquí y espero tener otras oportunidades de tocar en Bulgaria y por todas las tierras balcánicas, donde la gente se siente feliz por nuestra música, entiende el idioma y conoce los ritmos típicos para la región sobre los cuales componemos nuestra música”.
Versión al español de Hristina Taseva
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