Un día se ve forzado uno a ausentarse de su hogar por una semana o dos quedando en su casa la mascota a la que familiares o amigos habrán de dar de comer a diario. Esto no hubiera sido problema alguno si algún tiempo atrás uno se hubiera mudado a una vivienda de novísima generación. Pese a que para la mayoría de la gente esto pueda sonar todavía como algo exótico, la llamada “vivienda inteligente” en la que todo se puede manejar por control remoto irá transformándose paulatinamente en una oferta habitual en el mercado inmobiliario. Cada equipo y dispositivo del interior del piso se podrá conectar a Internet y ser gobernado desde el teléfono móvil. Así, cuando al término de una larga jornada laboral uno llegue a casa, la encontrará suficientemente refrigerada –o calentada– el suelo estará limpio y los productos que se habrían agotado en el refrigerador le esperarán a la puerta, ya que éste dispondrá de la función de hacer el pedido en lugar de su dueño.

En una entrevista con Radio Nacional de Bulgaria, la futuróloga Mariana Tódorova ha augurado que el escenario anterior puede volverse realidad más pronto de lo que cabría esperar:

”Podría ocurrir en un plazo de hasta una decena de años ya que la tecnología no está complicada, ya se encuentra disponible y no resultará costosa. Me refiero a una implementación global, puesto que, a nivel de progreso tecnológico, los fenómenos ocurren justamente así. Por muy tarde que lleguen a los países que no estén tan fuertemente desarrollados, el retraso no será tan importante”.

A juicio de la futuróloga, la arquitectura y los materiales para la construcción de las viviendas de futur, también cambiarán:

”Probablemente estas viviendas estarán dotadas de cada vez mayor número de paneles fotovoltaicos capaces de satisfacer la demanda de electricidad o bien se comprará electricidad, a precios inferiores, a otros edificios o instalaciones que la producen. Las fachadas se realizarán en base a la impresión en 3D y 4D, lo cual quiere decir que podrán alterarse sus características. En verano irán pintadas de colores claros, para no atraer calor, y, en invierno, ostentarán colores oscuros, para ir acumulando el calor. De este modo el respectivo inmueble será administrado en forma eficiente y se ahorrarán bastantes recursos”.

Van cambiando paulatinamente el tipo y las exigencias que los clientes plantean respecto a las viviendas que pretenden alquilar o adquirir. Cada vez más a menudo, de momento básicamente en los países asiáticos, la gente busca viviendas pequeñas y hasta diminutas, en las que los muebles se puedan transformar y se disponga de un mobiliario sencillo.

La vivienda diseñada por el arquitecto David Martin es, entre otras, un ejemplo de vivienda funcional y móvil, capaz de ser transformada asimismo en un recinto de uso público. Cabe sin problema en una caja transportable en camión. Al abrirla, con el manejo de una mecanización sofisticada, en pocos minutos aparece una vivienda, dotada de mobiliario y con diseño hecho a petición del cliente.

Adaptado por Yoán Kolev

Versión en español de Mijail Mijailov

Fotos: archivo, Facebook /@mariana.todorova, tenfoldengineering.com