Polina Trífonova, nacida en 1992 en la ciudad nororiental búlgara de Kubrat, en el seno de un matrimonio formado por un padre búlgaro y una madre rusa, competirá en representación de Bulgaria, en la modalidad de tenis de mesa, en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Polina se enteró de su participación en Tokio en el último momento, tras la negativa de Corea del Norte a participar en los Juegos. Entrena en Alemania, país en el que lleva tres años jugando en la Bundesliga. Las buenas condiciones y las contrincantes con las que suele medir fuerzas en los encuentros que viene disputando le estaban ayudando a prepararse excelentemente para las eliminatorias europeas. Fue sólo la mala suerte la que la ha relegado a primera reserva de cara a los JJ.OO.
“No estoy haciendo nada distinto de lo habitual, ya que me enteré bastante tarde de que participaría en los JJ.OO. –comenta Polina–. Y, como no tengo mucho tiempo, decidí no arriesgarme y prepararme de la misma forma en que lo hacía hasta ahora”.
Polina entró por primera vez a una sala de tenis a la edad de 9 años, cuando su familia se mudó a Ucrania. Su padre, gran admirador de este deporte, insistía en que su hijita comenzara a entrenarse en tenis de mesa. Sin embargo, el comienzo no fue nada prometedor, ya que Polina iba desganada a los entrenamientos y sólo acudía a la sala para no ofender a su papá.
“Lo que me atrajo poderosamente fueron los triunfos −recuerda Polina, señalando el momento del punto de inflexión en su comportamiento−. Participé en mi primera competición a los 5 o 6 meses de haber comenzado a entrenarme y fui cosechando éxitos frente a chicas que me aventajaban un par de años por su edad, y que además llevaban más tiempo dedicadas al tenis de mesa. Me apasioné verdaderamente por el juego cuando me alcé con mi primera medalla. Para llegar a ser un buen tenista, amén de trabajar, uno necesita mantenerse concentrado, tener buenos reflejos, preparación física y habilidades tácticas. No obstante, creo que la facultad más importante que hay que tener es la de pensar con rapidez durante un partido”.
En Ucrania Polina fue acumulando mucha experiencia y compitió por ese país hasta cumplir los 22 años. Tiene en su haber dos títulos europeos por equipo con la selección de Ucrania, más cuatro republicanos en Bulgaria.
En los próximos días Polina tendrá la mente, el alma y el cuerpo puestos única y exclusivamente en los JJ.OO. Pese a que accede a la competición como una aparente outsider, no deja de sentirse alentada por el entusiasmo y la fe de que no hay cosas imposibles.
“Quiero disfrutar del ambiente, alegrarme de estar ahí –agrega Polina–. Quiero luchar mientras juegue. Quiero que las cosas me salgan bien y poder regocijarme con mis éxitos. Lo daré todo de mí y espero que esto también rinda buen resultado”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Facebook /@bulgarianttf, archivo personal, archivo
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