La coalición Bulgaria Democrática ha tenido una posición dominante en la votación de los expatriados búlgaros en el estado norteamericano de Massachusetts, con 278 votos a su favor. Las papeletas válidas fueron 733 y fueron depositadas en los cuatro colegios electorales habilitados allá, indica información de la Junta Electoral Central (JEC). En el segundo puesto se ha situado el partido Hay tal Nación, con 267 papeletas a su favor, y el tercero lo ocupa el GERB (Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria), con 71 votos. Los expatriados búlgaros en esa porción de EE.UU., según distintas fuertes, varían de 3.000 a 5.000, aunque para finales de año se espera una nueva información estadística que arroje luz sobre la verdadera dimensión de esta diáspora.
"Hay en Boston una comunidad de búlgaros muy apiñada, quizás por tratarse de una urbe menor, frente a las de Chicago y Nueva York". Así lo indica Rumyana Pavlova Plotnik, una de las electoras búlgaras en Boston. Lleva 20 años residiendo en EE.UU. y forma parte de los cofundadores del Centro Búlgaro en Nueva Inglaterra. Se trata de una organización de búlgaros creada en 2013 y basada íntegramente en el voluntariado. Además de su desempeño en el seno de dicha organización, Rumyana trabaja como voluntaria en la escuela e iglesia búlgaras.
Además, ha encontrado la realización profesional en el terreno de la Administración y lleva ya una década ocupándose de políticas, financiación y refinanciación de programas sociales y sanitarios en Estados Unidos.
¿Qué se debería hacer para que la política social de Bulgaria ofrezca más serenidad a la gente en Bulgaria?
“Un programa social fuerte ha de contar con la existencia de un sector privado fuerte. Sin embargo, para que esto ocurra habrá que romper la burocracia y la corrupción −dice Rumyana Pavlova a Radio Bulgaria− . En un Estado de leyes las cosas avanzas con mayor facilidad y se van equilibrando. Posiblemente EE.UU. no sea el ejemplo ideal de ello, ya que por acá también tenemos problemas, al igual que en cualquier país, pero el sistema funciona, decididamente, de modo mucho más eficiente. Los programas sociales están siendo subvencionados en parte por el respectivo Estado y en parte por los impuestos. Hay una colaboración muy fuerte entre los poderes federal y del Estado. Las leyes están siendo acatadas y en eso reside el buen funcionamiento de un Estado. Es ello también mi esperanza para Bulgaria. Justo por esto participamos tan activamente en la votación y en la vida política de Bulgaria, puesto que queremos y esperamos que las cosas vayan cambiando hacia un Estado más legal y más arreglado que sea capaz de prosperar. Erradicar la corrupción es esencial para ello”.
Rumyana Pavlova opina, categórica, que los partidos electos en los comicios parlamentarios del pasado 11 de julio deben formar un gobierno a todo costa:
”Sí, esta es mi ilusión. Creo que disponemos de personas extraordinariamente talentosas, de gente con capacidades políticas y de personas que tienen la valentía de realizar estos cambios, sólo hay que concedérseles la oportunidad. Muchos de los que estamos residiendo acá abandonamos Bulgaria por la falta de oportunidades y por las numerosas irregularidades. Hay gran número de personas que volverían a Bulgaria si tales oportunidades aparecieran. También las hay que pretenden incorporarse a distancia, tal y como yo lo estoy haciendo, para apoyar causas no gubernamentales y benéficas e ideas empresariales. Sigo cómo evolucionan el sector de las TI en Bulgaria y el emprendimiento social e intervengo en ello de una u otra forma a través de donativos. Procuro ayudar. Realmente espero que alguno de los gobiernos emergentes de cualquiera de las formaciones políticas tenga éxito en cambiar estas tramas corruptas y enfilar por una senda más legal y más ordenada, a fin de que se puedan atraer inversiones complementarias, tanto estadounidenses como de Europa Occidental y de otros países interesados en desarrollar el sector privado. Sin un sector privado no pueden existir programas sociales estables, las dos cosas van de la mano. Esta es mi opinión personal y espero que el nuevo Gobierno de Bulgaria pueda conseguirlo”.
Adaptado por Elena Karkalánova
Versión en español por Mijail Mijailov
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