El ferrocarril de vía estrecha es uno de los atractivos de Bulgaria, que se ha convertido en emblemático del turismo en la zona de la montaña Ródope, entre las ciudades de Velingrad y Bansko. En este tren el trayecto entre las capitales de SPA y esquí de los Balcanes es recorrido en unas tres horas, y el precio del pasaje de ida es de 2,15 euros. La vivencia vale la pena aunque el viaje pueda parecer bastante lento, ya que el tren circula a una velocidad media de unos 35 km/h. La fascinante belleza de la naturaleza atraerá poderosamente la atención y el tiempo para el viaje correrá imperceptiblemente. La fama del ferrocarril de trocha estrecha trascendió hace ya mucho las fronteras de Bulgaria y ha sido un ejemplo más de ello el haber sido recogido este ferrocarril en el Top 10 de la encuesta del diario británico The Guardian sobre los viajes en tren más pintorescos en Europa.
La primera palada de las obras de construcción de este ferrocarril se hizo hace precisamente 100 años, en 1921.
”Ya en 1915 se planteó por primera vez el tema de la construcción de una línea férrea que se adentrara en la montaña Ródope. Se examinaron como terrenos posibles para las obras tres valles fluviales: el del río Chépinska, por el que circula el ferrocarril en la actualidad, el del río Yádenitsa, divisorio entre las zonas de Bélovo y Yúndola, y el de río Vacha, desde la localidad de Krichim hacia la de Devin −explica Kristián Vaklinov, promotor de la Asociación Civil Por el Ferrocarril de Vía Estrecha, y evoca otros hechos de la historia− . Un año después se eligió el desfiladero del río Chépinska, porque, además de ofrecer un acceso a la sierra, a lo largo de las orillas del río existía el mayor número de núcleos poblacionales. Así la futura línea férrea, amén de servir para la transportación de pasaje, debería facilitar la transportación de madera y la defensa de esos territorios recién liberados de Bulgaria”.
Se resolvió que desde el 25 de mayo de 1920 comenzara a regir una ley especial sobre la construcción de una línea estrecha de 760 milímetros desde la estación ferroviaria Septemvri hasta la actual ciudad de Velingrad. Fue proyectista jefe de la línea el ingeniero en construcciones Stoyán Mitov, que había estudiado en Alemania. Las obras de construcción de la vía férrea a través de la montaña están siendo estudiadas en prestigiosas universidades extranjeras de Arquitectura y Construcciones, debido a las excepcionales soluciones ingenieriles que habían permitido superar enormes desniveles, respetar íntegramente las particularidades del terreno, y construir en apenas cinco años, a mano, los primeros 39 kilómetros del trayecto.
Con motivo del centenario del comienzo de las obras, los ferrocarriles Estatales de Bulgaria organizan un atractivo viaje en tren para todos los admiradores del transporte ferroviario. El 6 de junio, un tren especial arrancará desde la estación ferroviaria de Septemvri a las 10.55 horas y arribará a Velingrad a las 13.35. Se han previsto dos paradas a lo largo del pintoresco recorrido: en la estación–museo de Tsépina y en la estación de Dólene.
Junto con sus compañeros de la Asociación Por el Ferrocarril de vía Estrecha, Kristián ha llegado a transformarse en el motor de la socialización de la estación de Tsépina y su conversión en museo.
"En el museo hay varias salas en las que se hallan agrupados temáticamente los períodos de las obras de construcción: el período de oro durante la época totalitaria, en el que se efectuó un número enorme de transportaciones, la oficina en que se ven ordenados auténticos objetos y herramientas usados en aquella época, un original armario dispensador de billetes y sala de espera. Hay, asimismo, un área dedicada a la historia moderna del ferrocarril de vía estrecha, con todas las cosas buenas de la última decena de años. Las fotos y los objetos que hemos descubierto y conservado suman varios centenares”.
Pese a la acertada idea, el museo creado hace un par de años no tiene aún aspecto de acabado.
”Según las leyes de este país, el museo es más bien ilegítimo, porque necesita paneles y escaparates confeccionados a tal efecto; las fotos no se pueden colgar de las paredes y tener los objetos colocados en los escritorios. El problema es que, siendo una organización civil, nosotros no lo podemos arreglar, y por hacerlo todo bajo el principio del voluntariado, no tenemos manera de mantener a un empleado a sueldo que abra regularmente el museo. Por esto quienes deseen visitarlo deberán ponerse previamente en contacto con la Asociación Por el Ferrocarril de Vía Estrecha para luego ser acogidos sobre terreno”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: tesnolineikata.wixsite.com, archivo BNR
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