El déficit de personal lo suficientemente capacitado y las dificultades en retener a trabajadores bien formados y experimentados conforman una de las heridas sin restañar en el cuerpo de la Empresa búlgara. El problema es persistente y se remonta a años bastante anteriores al surgimiento de la pandemia de Covid−19 y la incertidumbre absoluta que ésta viene originando desde hace ya un año y medio. No obstante ello, el interés por el trabajo temporal se mantiene relativamente estable, pero los trabajadores que se decanten por esta modalidad laboral deberán andar con cautela tanto a la hora de elegir a un empleador como en lo tocante a las posibilidades para la defensa de sus derechos si tal necesidad surgiera. El trato justo que le dé su empleador dependerá asimismo si podrán concertar seguro laboral, así como si podrán tener una regulación horaria del trabajo extra, que no es una excepción en la labor de los temporeros.

Conocer mucha gente nueva, la emoción que le invade a uno al verse en un nuevo entorno, así como la autonomía son las tres principales ventajas del empleo temporal fuera del terruño.

“Los retos son múltiples: no se gana mucho dinero, aunque si se es ahorrador se podrá separar algún dinero. A los temporeros se les proporciona alojamiento, comida, todo –señala ante la emisora regional de Radio Nacional en Vidin la temporera Rayna Ánguelova, y añade–: Siempre me he despedido de mis empleadores con impresiones y relaciones recíprocas buenas. Cuando uno sabe lo que vale y se plantea las condiciones ya al mismo comienzo, es capaz de sopesar si el tipo de trabajo respectivo le convendrá o no”.

Es una práctica común respecto a la cual uno debe mostrarse cauteloso que al iniciarse las faenas temporeras el empleador deshonesto frecuentemente se retracta de lo previamente acordado, sobre todo al tratarse de las cotizaciones que deba abonar por sus trabajadores.

”Ocurre muy a menudo que un empleador diga que hará la cotización del respectivo trabajador en base a jornada laboral de 8 horas y luego incumpla lo dicho. En los empleos temporales en los centros vacacionales de la costa suele suceder que se trabaja sin días de descanso, los siete días de la semana. Sin embargo, calculando el sueldo que se va cobrando, que es varias veces superior al SMI, vale la pena”, dice Gueorgui Danaílov, que este año ha optado por quedarse en su ciudad natal y buscar en ella un trabajo más estable.

La opinión que prima de que los jóvenes no son aptos para trabajar y que sólo les importa divertirse no se debe generalizar, ya que se trata de comportamientos rigurosamente individuales, estima Gueorgui Danaílov y aclara:

“Es cierto que muchas de las personas jóvenes que trabajan en los centros marítimos de veraneo también están ahí para divertirse, aunque cada cual debe valorar sus fuerzas y potencial para entretenerse y no olvidarse sobre todo de que a la mañana siguiente habrá de madrugar para ir a trabajar”.

¿Qué incidencia tendrá en la economía la contratación de temporeros en la época de verano? Es la pregunta que se hace gran número de los ocupados en el sector turístico, que ha logrado resistir los desafíos y las pérdidas ocasionadas por la pandemia. Según Eleonora Negulova, presidenta de la Asociación Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas de Bulgaria, lo que los empresarios esperan es ”que se produzca una animación quedando atrás la tercera ola del Covid−19 y que paulatinamente vaya mejorando la facturación en el marco del 50 al 60% de la que existiera en el período anterior a la pandemia. Hay especificidad en función del tipo de las instalaciones turísticas concretas; son las pequeñas las que, al parecer, funcionan mejor. Esperamos poder contar con una buena temporada”.

La temporada exitosa sigue siendo incierta para instalaciones que apuestan básicamente por turistas extranjeros. Continúan siendo un rayo de esperanza los turistas búlgaros que también preferirán veranear en los cetros del litoral búlgaro del mar Negro.

Adaptado por Yoán Kolev en base a entrevistas de Plamen Kotsev, de la emisora regional de Radio Nacional de Bulgaria en Vidin

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: EPA/BGNES