El Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, se suelen hacer referencias al trabajador y sus derechos, y la retribución digna y el descanso merecido son una parte integrante de los principios de la libertad y la democracia en el Estado de derecho. Sin embargo, desde hace más de un año la situación de pandemia mundial ha acarreado condiciones de trabajo nuevas. Ahora, cuando cualquier actividad tiene que ajustarse a las medidas antiepidémicas, las personas con batas blancas afrontan una época de días y noches de trabajo agotador, combatiendo a un enemigo falto de contornos precisos.
Esta crisis sanitaria mundial ha cogido completamente desprevenidos a los médicos, a los trabajadores sanitarios y a toda la Administración y ha puesto de relieve el déficit, a escala mundial, de personal en el sector de la Salud Pública. Al igual que en el resto de países, la pandemia de Covid–19, ha golpeado con dureza a los trabajadores sanitarios. Según datos facilitados por la Unión de Médicos de Bulgaria, hasta comienzos de abril de 2021, perdieron la vida, luchando contra el coronavirus, 130 trabajadores de la Salud.
Al principio todo se inició con el pronóstico de que el contagio se iba a disipar como la infección causada por una gripe convencional.
”Aquello, sin embargo, resultó una ilusión. Luego el miedo nos embistió literalmente cual una peste –dice el doctor Radosvet Gornev, jefe de la Clínica de Cirugía General del Hospital Universitario Lózenets– . El aislamiento a que se sometían tanto los pacientes como los trabajadores sanitarios eran en aquello momentos muy estrictos. Actualmente departamentos y hospitales enteros se encuentran transformados en zonas Covid, sin darnos cuenta nos hemos ido acostumbrando a dar tratamiento a estos enfermos, pese a la inexistencia hasta ahora de un protocolo riguroso que respetemos en nuestra labor. Todo es cuestión de análisis precisos y ha quedado claro para todo el mundo que esta pandemia ha colocado en primer plano problemas sustanciales, relacionados con las desproporciones entre las diferentes carreras médicas, y ello ha acarreado una increíble sobrecarga para el personal sanitario. Lo que me llama la atención, no obstante, es que como sociedad, contamos con un recurso humano que es una enorme riqueza. Nuestros compañeros, sobre todo las enfermeras, consiguen crear una organización tal en la que sean eficientes al máximo. ¿Saben ustedes cómo se les ve tras una guardia de 24 horas en una zona Covid? Están agotadas, extenuadas, de rostros de que se ha retirado la sangre y sintiendo una necesidad de contar con 24 horas al menos para reponer fuerzas”.
Esta carga se prolonga siete días a la semana y durante meses seguidos. Se calcula que una enfermera en una unidad de cuidados intensivos en Bulgaria, al estar de guardia durante doce horas, recorre más de 24 kilómetros y levanta, desplaza y traslada más de ocho toneladas de peso. ”Se trata de una dura carga incluso para levantadores de pesas entrenados en el marco de su proceso habitual de ejercicios “, resalta el cirujano. Según las autoridades sanitarias, en Bulgaria la tercera ola de la Covid–19 va amainando, pero algunos inmunólogos advierten sobre el peligro de una cuarta oleada.
Por otro lado, las vacunas no son acogidas de manera unívoca. Por la falta de suficiente información, el proceso de vacunación es bloqueado al tiempo que todo el mundo ansía volver a la vida normal: los contactos con la familia, con los amigos, los viajes. En lo que se refiere a las atenciones sanitarias, se vuelve cada vez más palpable la falta de un comportamiento más idóneo a la hora de atender a pacientes al margen de los incluidos en las zonas Covid:
”Desgraciadamente, en condiciones de pandemia se están retrasando extraordinariamente los diagnósticos de pacientes aquejados por dolencias oncológicas y esta demora repercute, lamentablemente, en su tratamiento. De una u otra forma, los sanitarios que se dedican a atender a pacientes de todas estas olas de Covid son casi los mismos. Literalmente todos los trabajadores sanitarios están en contacto con enfermos de coronavirus y corren riesgo de verse contagiados. Sí, es cierto que la mayoría de nosotros nos hemos vacunado. Sin embargo, ya se han producido casos de personas vacunadas infectadas como también tales de reinfección. De este modo, por un lado nos hemos “acostumbrado” a la situación si bien, por el otro, persiste la esperanza de que acabe vacunada la mayor parte de la población y que ello se traduzca en un efecto más rápido en el dominio de los contagios”, concluye el Dr. Radosvet Gornev.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES
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