En épocas de crisis la gente prefiere, frecuentemente, invertir en bienes inmuebles, incluida la tierra agrícola. Por la seguridad de tal inversión recurren a ella no sólo personas íntimamente ligadas con la agricultura sino también tales que se desempeñan en ámbitos completamente distintos. Actualmente, resultan un incentivo complementario también los tipos de interés nulos de los depósitos bancarios. Así lo ha comentado Stayko Staykov, presidente de la Asociación búlgara de dueños de tierras agrícolas, en una entrevista hecha pública en el sitio electrónico de esta asociación.

En el pasado año 2020 el precio de la tierra agrícola en Bulgaria registró un aumento en la porción noroeste de Bulgaria, en tanto que en el este del país y en la región de Dobrudzha registró un estancamiento e incluso una bajada, ha resaltado Staykov.

El elevado interés por las tierras en Dubrudzha, región llamada el “Granero de Bulgaria” fue disipándose a comienzos de 2020 con la llegada de la Covid-19 y el primer cierre por ésta. Las transacciones sufrieron, casi, un parón. El precio de la tierra allá, que por tradición es el más elevado nacionalmente, registró un descenso y de los 10.230 euros por hectárea que anteriormente costaba pasó a 8.180-9.200 euros por hectárea. Los compradores se resisten a pactar transacciones en precios más altos, debido a la incertidumbre que está generando la pandemia. La sequía y la deficiente cosecha en 2020 han provocado un impacto negativo adicional.

Staykov destaca que las áreas de tierra agrícola más baratas siguen siendo las del sur de Bulgaria, en las regiones de Jáskovo, Kardzhali y la zona Strandzha-Sakar, en las que se dan las condicione peores para los cultivos anuales.

Es bastante más distinta la situación en el centro norte y el noroeste de Bulgaria, regiones en las que en 2020 la cosecha fue mejor. ”El precio de los sembradíos marca un incremento en las regiones de Montana, Vratsa, Vidin , Pleven, en las zonas aledañas del río Danubio, en las que ya se está equiparando con el que tiene en Dobrudzha. En algunas de esas zonas la tierra se vende por 9.200 euros por hectárea, tras haber sido su precio, de media, de 5.620 a 7.160 euros por hectárea, en el año 2019.Stayko Staykov señala que los dueños de tierras agrícolas esperan, para los años próximos, una subida del orden de un 5% anual.

El experto recuerda que en 2007, año del acceso de Bulgaria a la UE, una hectárea de tierra agrícola en Bulgaria llegaba a costar de 260 a 1.020 euros y que con la llegada de los subsidios europeos para al agro estos precios se dispararon, multiplicándose varias veces.

A fecha de hoy son los búlgaros los inversionistas principales en tierras agrícolas. Según expresa Stayko Staykov ”administrar desde lejos faenas agrícolas es difícil”. Otra cosa que frena a los extranjeros es a falta de consolidación de las áreas y de posibilidades para el regadío. El experto indica que los extranjeros se interesan por adquirir parcelas de una extensión que va de 1 a 1.500 hectáreas, mientras la media de extensión de las parcelas ofertadas en Bulgaria es más reducida.

Se espera la constitución en Bulgaria de una Cámara Agraria que contribuya a la solución de los problemas pendientes en la agricultura nacional. Stayko Staykov vislumbra una oportunidad para el relanzamiento de sector en la colaboración con la ciencia. ”Toda persona que se dedique a cultivar tierra deberá consultar a los agrónomos para conocer cuál sería la forma más apropiada para el cultivo de la tierra de su propiedad”, opina tajante Staykov y enfatiza que ya es hora de allanar el camino a las nuevas tecnologías en la agricultura.

Adaptado por Miglena Ivanova

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: archivo y baszz.net