Desde hace casi un año Bulgaria está en una situación de emergencia epidémica que incide no solo en el modo de comunicación, sino en los hábitos laborales. Más del 50% de los búlgaros trabajan en casa desde principios de la pandemia. Un 63% de los empleadores han implementado condiciones de trabajo flexibles y se proponen conservarlas después del término de la pandemia

“A corto plazo el teletrabajo es una excelente solución, ahorra dinero al empleador y ofrece muchos lados positivos”, dice Gueorgui Parvanov, experto con una experiencia de 27 años en el ámbito de los recursos humanos. Antes de vaciar las oficinas, sin embargo, debemos prestar atención a los puntos negativos a largo y mediano plazo: no se puede consolidar un equipo unido a distancia, se pierde la comunicación y la información.

Uno de los mayores peligros es que se borra la frontera entre la vida privada y el trabajo. En el mundo digitalizado debemos aprender a separar nuestro tiempo personal de los compromisos profesionales, pero sin infravalorarlos durante las horas que hemos reservado para el trabajo, aconseja María Mincheva, de la Asociación Industrial de Bulgaria en entrevista a Radio Nacional. A su juicio, de aquí en adelante tomaremos conciencia la necesidad de disponer de reglamentos nuevos y de formar la cultura de “desconectarse del trabajo” con el fin de proteger el tiempo personal de los empleados.