Hay en el calendario de multitud de festividades y ritos extraoficiales que, no obstante, van cargados de sentido y simbolismo. Con la aproximación del 1 de julio en la conciencia de generaciones de búlgaros vuelve a sonar la melodía de “July Morning”, éxito musical mundial del pasado no muy remoto.
Observar los primeros rayos del sol el primer día de julio es una vivencia embriagadora, ya que ese momento mancomuna a las personas reunidas a orillas del mar o en lo alto de la montaña, envueltas por el citado gran éxito de la banda Uriah Heep del año 1971. En Bulgaria, la tradición de dar la bienvenida al sol el primer día de julio llegó a tener una dimensión mundial por la participación en esta celebración del propio vocalista del grupo, John Lawton, quien llega cada año al litoral búlgaro más oriental del mar Negro: las rocas del cabo Kamen Briag (en español, costa rocosa) para entonar allá su canción dando un alegrón a los admiradores de este lírico tema musical que es “July Morning”.
La bienvenida al sol por primera vez de manera multitudinaria en la costa del mar tuvo lugar en Varna en 1986, pero en la entonces Bulgaria socialista no había manera de que una festividad asociada al movimiento mundial de los hippies de los años 60 pudiera alcanzar amplia popularidad pública. Hoy en día este recibimiento masivo del sol el primer día de julio se ha ido afirmando como una fiesta del espíritu libre para el cual el único límite es el horizonte.
A pesar de las restricciones ante la aglomeración de personas por la pandemia de Covid–19 y la prórroga de la situación de emergencia epidémica hasta el próximo 15 de julio, la celebración se hará y su celebración parece más ansiada que nunca. Lo corrobora el concierto en Burgás, organizado por el Ayuntamiento de esa ciudad en las inmediaciones del puente en la playa municipal central. Se han preparado montículos de leña a las que las peñas de amigos podrán prender fuego y reunirse alrededor de las fogatas. Once grupos roqueros de Burgás actuarán en concierto gratuito.
Muy distintas parecen las cosas en la aldea de Kamen Briag, transformada en un lugar emblemático para “Los hijos del Sol”. En la primera madrugada de julio, en la localidad llamada Ógancheto, o sea, El Fueguito, en la pedregosa costa se suele reunir el mayor número de público que da la bienvenida al sol en un maratón musical. Sin embargo, el Ayuntamiento de la ciudad de Kavarna ha anunciado sorprendentemente que este año ha quedado revocada la reunión. El vecino municipio de Shabla, en cambio, no se verá privado de esta fiesta. Por quinto año consecutivo, ésta transcurrirá en el camping Dóbrudzha. Además del icónico tema de Uriah Heep, el público escuchará canciones de autor de las bandas roqueras Fara Band y DO SHO. El Ayuntamiento ha aclarado que de momento la situación en Shabla se mantiene serena y que no se reportan en la zona casos de personas contagiadas por coronavirus.
Llegan noticias contradictorias desde el municipio de Tvarditsa, en la provincia de Sliven (Sudeste de Bulgaria), que desde hace unos años atrae la atención por el lugar inusual elegido para recibir el sol de julio. En las inmediaciones de la Iglesia de san Juan de Rila, sumergida bajo las aguas de la represa de Zhrébchevo, se ha montado un escenario al que se esperaba subieran conocidos grupos de música rock búlgaros. La Célula de Crisis municipal ha notificado en el último momento que el concierto se cancelaba por la complicada situación epidemiológica en el municipio y los casos comprobados de contagios en la ciudad en los últimos días.
Los tres principios fundamentales de la seguridad serán respetados en todas las actividades organizadas, pero la distancia, la desinfección y la autodisciplina seguramente no podrán mantener durante mucho tiempo su impronta en esta fiesta favorita de las personas unidas por su sueño de libertad y despreocupación.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES
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