El ser humano no necesita únicamente alimento físico; esto bien lo saben los guardianes de los libros que han abrazado por misión incitar y alentar a la gente a leer, descubriendo mundos ignotos.
Tras el término del estado de emergencia nacional, las bibliotecas han ido abriendo sus puertas. Sin embargo, una de ellas, la de VelikoTárnovo, en el norte de Bulgaria, cual samaritano que llama a la puerta del pobre para ofrecerle un plato de sopa caliente, no se ha olvidado de los “hambrientos”, ofreciendo en los días de confinamiento raciones pábulo alimento espiritual que reconforta las almas.
Este experimento ha resultado de éxito −dice Kalina Ivanova, directora de la Biblioteca Regional, refiriéndose a la idea de esta institución de enviar libros a sus suscriptores durante la pandemia− . Queríamos serles de utilidad a nuestros lectores, ya que no basta con sólo proporcionarles catálogos electrónicos. En ocasiones la gente necesita disfrutar leyendo un libro predilecto. Hemos tenido razón en apostar por las obras de ficción, porque eran las más pretendidas. Nuestras campañas de entrega de libros a domicilio se han desarrollado en ocho días viernes sucesivos, del 16 de marzo al 8 de mayo, y en este período hemos logrado llevar 1.100 volúmenes a 215 lectores”.
Desde que se han autorizado las visitas a la Biblioteca, no ha cesado el aflujo de lectores entusiasmados que a ella acuden. ”En sólo cuatro días, 555 personas han tomado prestados libros nuevos”, comenta la directora de la Biblioteca. No será algo inusual, pues por detrás de esta fidelidad asoma la dilatada tradición de un centro de la cultura espiritual.
La Biblioteca Regional de Veliko Tárnovo eligió por patrono a Petko R. Slaveykov, hombre de letras del Renacimiento Nacional Búlgaro (siglos XVIII a XIX) y político de la posliberación de Bulgaria del dominio otomano, a mediados del siglo pasado. Sin embargo, esta institución cultural había sido fundada ya en 1889 como la tercera por su importancia después de la Biblioteca Nacional de Sofía y la Biblioteca Popular de Plovdiv. Uno de sus insignes directores, Mosko Moskov, sentó el principio de una campaña benéfica para recolectar valiosos incunables y manuscritos, que serían exhibidos por primera vez en el año 1940. Forman parte de la colección de 1.200 ejemplares el manuscrito Triodion Apokreo del siglo XIV, el primer libro impreso búlgaro Kiriakodromion de Sofroniy de Vratsa del año 1806, la edición príncipe del Manual del Pez, el primer libro de texto búlgaro obra de Pétar Berón del año 1824.
Además de seguir enriqueciendo sus fondos y prestar libros a lectores, esta institución desarrolla una multitud de otras actividades: la campaña estival de fomento de la lectura entre los niños "Ven a la Biblioteca", la feria literaria "Lobby del Libro" con autógrafo, que este año se organizará del 25 de mayo al 10 de julio en línea con coloquios telemáticos con autores, la creación de catálogos electrónicos, la promoción de numerosos proyectos relativos a la identidad de género, los niños lectores y las series bibliotecarias enmarcadas en el programa Europa Creativa.
“El enfoque principal de este proyecto es la igualdad de género y la falta de limitaciones a la hora de decantarse por una profesión, optar por juegos, adoptar líneas de conducta −prosigue Kalina Ivanova− . A tal efecto, hemos preparado un catálogo en línea y la bibliografía adecuada que versa sobre este tema. Y en eso no hay ninguna conspiración, aunque en el título del proyecto figuraba la palabra género. El proyecto chocó con la resistencia sobre todo de representantes de nuestro gremio de bibliotecarios, quienes vislumbraron en nosotros al Diablo. Sin embargo, luego, al ver qué tipo de actividades y reuniones íbamos organizando y tras comprobar que los niños se interesaban por leer estos libritos, dejaron de recriminarnos”.
En la literatura, la biblioteca se convierte a menudo en el escenario de toda clase de sucesos, hasta asesinatos. No obstante, independientemente de los misterios, los momentos cruciales y los aspectos mitológicos en los que los escritores envuelven las bibliotecas, una cosa está segura: que en uno de sus laberintos, cada uno de nosotros será capaz de dar con el libro que le transformará para siempre.
¿Tiene la Biblioteca de Veliko Tárnovo su laberinto?
“Desgraciadamente, la estructura material de nuestra biblioteca es muy tradicional y carece de espacios que permitan que el lector se extravíe en ellos −comenta la directora− . No obstante, cuenta con ciertos rincones bien fijos en los que con frecuencia nos topamos con alguien absorto en la lectura del libro que ha elegido”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES, Facebook (Biblioteca Regional "Petko P. Slaveykov"), archivo BNR
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