La desescalada de las medidas antiepidémicas impuestas a causa de Covid–19 en Bulgaria poco a poco abarca un amplio número de sectores. La liberalización ya es un hecho para uno de los más afectados de la economía: el turismo. Los hoteles y los restaurantes ya pueden acoger a sus clientes, siempre y cuando acaten las instrucciones de trabajo diseñadas por el Ministerio de Turismo. Junto con las extremadas medidas higiénicas después de cada visitante, los propietarios de los centros de alojamiento deben asegurar un juego sanitario personal, que incluya una mascarilla y guantes para cada turista.
Es recomendable evitar el uso de los secadores de pelo y las máquinas expendedoras de café y refrescos, así como el aire acondicionado, que en caso de posibilidad puede ser sustituido por un ventilador. En cuanto a la alimentación, debe realizarse sólo en las terrazas exteriores de los hoteles, con al menos un metro y medio de distancia entre las mesas,y por turnos para prevenir la acumulación de personas. Hay requisitos especiales para la temperatura de almacenamiento y lavado de los platos usados.
El servicio de animación para los niños puede desarrollarse únicamente al aire libre, observando la distancia adecuada. Los centros de spa en los hoteles permanecerán cerrados por el momento,a diferencia de las piscinas, a las que el acceso está permitido.
Una encuesta de Radio Bulgaria con hoteleros del país muestra que ellos tomarán en consideración los requisitos del Ministerio, y algunos de ellos ya están preparando sus instalaciones para la temporada turística de verano. Las esperanzas están orientadas más que nada hacia los turistas nacionales.
Hasta que se aclare la situación con el período de cuarentena de 14 días para las personas que llegan desde el extranjero, no trabajaremos con turistas de otros países −comenta Svetla Atanásova, propietaria de hoteles en Slanchev Briag (en español, costa del sol) y Bórovets. Los turistas búlgaros son bienvenidos, pero respecto a los procedentes del extranjero veremos cómo se procederá por etapas. De momento se desconoce si serán tratados de otra manera los de los países vecinos y si habrá vuelos chárter.
Dobromir Valev es optimista de que en su hotel en la costa norte del mar Negro, cerca de Kavarna, podrá recibir extranjeros, si bien las reservas para el período hasta el 10 de junio ya han sido canceladas.
Nuestros visitantes principales son de Rumanía y Polonia. Todavía estamos esperando información de Polonia, ya que no sabemos cómo se realizarán los vuelos y si habrá algún problema con ello. Esperamos no tener ningún problema con el mercado rumano, ya que la mayoría de nuestros huéspedes llegan individualmente con sus propios automóviles.
El hotelero explica que tiene la posibilidad de confinar a turistas con sospechas de Covid–19 en habitaciones aisladas, si fuera necesario. Según él, el hotel es grande y en el guion más optimista, se llenará al 80% de su capacidad.
Zlatko Zlatanov, cuyo hotel está en Velingrad, también aprovecha la calma antes del inicio de la temporada turística de verano, que se espera para el 1 de julio, para renovar sus instalaciones. A pesar de las incógnitas no se propone bajar los precios, sino mejorar la calidad de los servicios que ofrece. Ya que los centros de spa aún permanecen cerrados, Zlatanov es propenso a esperar también la liberalización de esta medida, ya que, en sus palabras, Velingrad es la capital de spa de los Balcanes y allí no es suficiente que se abran solo las piscinas. El hotelero expresa la esperanza de que cuando la situación se normalice el destino que comenzará a operar primero será Velingrad, porque desde que existe, opera según el principio del turismo de fin de semana; el resto del tiempo el hotel está al 50 al 60% de ocupación. En lo que se refiere al turismo semanal, se desarrollará con más dificultad, porque la gente se vio obligada a tomar sus vacaciones y por esto nos queda contar principalmente con los fines de semana.
Mientras tanto, después de una reunión con representantes del sector turístico en la ciudad de Burgás, la ministra de Turismo, Nikolina Anguélkova, ha informado que el Ministerio está negociando la eventual apertura de las fronteras con países cuya situación epidémica es similar a la de Bulgaria. Además, cada turista extranjero debe firmar una declaración de viaje a riesgo propio, lo que exime a los hoteleros de responsabilidad.
Versión en español de Hristina Táseva
Fotos: BGNES, archivo, Facebook (Svetla Atanasova)
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