Justo al comienzo de la Semana Santa en Bulgaria se cumple un mes del comienzo del estado de emergencia nacional decretado por el Parlamento el pasado 13 de marzo.
Al resaltar este hecho, la agencia de noticias BGNES comenta que esta medida excepcional de las autoridades para contener la proliferación del Covid−19 le está costando a la sociedad planes fracasados, hábitos alterados, ansiedad y aislamiento social. La implantación del estado de alarma ha despertado en algunas personas el pánico y ha provocado colas delante de los supermercados y las farmacias para un abastecimiento excesivo de víveres y fármacos. Las mascarillas protectoras han llegado a ser deficientes, conseguir desinfectantes se ha vuelto sumamente difícil, y los precios de ambos se han disparado.
Las primeras medidas de los gobernantes en las grandes ciudades estaban orientadas a desinfectar calles, edificios públicos, paradas del transporte público e incluso contenedores de basura. Todos los teatros, cines, salas deportivas, entre otras instalaciones públicas, fueron cerrados. Las sesiones informativas de la Célula Operativa Nacional de lucha contra el coronavirus, en las que se resumía la información sobre los nuevos casos detectados de Covid−19, han pasado a convertirse en uno de los eventos más esperados de la jornada.
Tras las multas por desacato a la cuarentena y las medidas antiepidemiológicas se ha agregado nuevas restricciones. En las entradas y salida de las importantes cabeceras de provincias búlgaras se habilitaron puestos de control por los que sólo pueden transitar personas con razones justificadas para viajar. El centro de montaña Bansko fue sometido a cuarentena completa de 14 días tras haberse registrado turistas extranjeros con Covid−19.
Las medidas restrictivas han provocado conmociones en la economía nacional. Muchas personas han adoptado el teletrabajo, que en algunos sectores resulta prácticamente imposible. El golpe más duro lo han sufrido el sector turístico y el de ocio, en los que se ha procedido a recortes de plantilla. Las colas delante de las oficina de empleo han ido creciendo a diario. A pesar de las medidas de los gobernantes, nadie se atreve a augurar cuándo la economía volverá a recuperar su ritmo.
En las condiciones de crisis la gente ha ido dando numerosas muestras de empatía. Ha surgido así una ola de donaciones a lo largo y ancho del país, se ha fabricado gratuitamente mascarillas de protección, se ha asegurado equipamiento médico para los hospitales, etc.
Se han notado también tensiones en la vida política y social de Bulgaria. Las autoridades han lanzado algunos avisos contradictorios a la población, entre los cuales desctaca como ejemplo manifiesto la polémica en torno al uso obligatorio de mascarillas protectoras. Kíril Ananiev, ministro de Sanidad, emitió una orden para su uso obligatorio, unas horas después renunció personalmente a lo que había dispuesto y desde el domingo,12 de abril, las mascarillas han vuelto a ser de uso obligatorio.
Gobernantes y oposición se enzarzaron en acusaciones recíprocas relacionadas con la eficacia de las medidas tomadas, en tanto que el jefe de Estado, Rumen Radev, acabó imponiendo veto a una parte de los textos de la Ley de Estado de Emergencia, calificando ésta de un preludio ”al ejercicio descontrolado del poder”. Han desatado acaloradas polémicas en la sociedad las formas para la celebración del Domingo de Ramos y de la próxima magna festividad religiosa de la Pascua de Resurrección.
Este año Bulgaria no enviará una delegación a Jerusalén para traer el Fuego Santo, sino que se valdrá de una parte de ese fuego del año pasado. Los tempos permanecen abiertos a los creyentes pese al riesgo obvio de propagación del contagio. Los oficios religiosos se practican en las áreas delante de los templos y la reforzada presencia policial vigila si se respeta el orden.
En este mes de estado de emergencia nacional que se cumple hoy, en el seno de la sociedad parece primar el entendimiento de que la lucha contra Covid−19 es una responsabilidad de todos y que cada uno, además de cuidarse a sí mismo, debe cuidar de sus familiares y de las personas de su entorno.
Versión en español por Mijail Mijailov
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