A principios del nuevo milenio el traslado de personas de las ciudades hacia los pueblos comenzó a perfilarse como una tendencia en Bulgaria. Las causas eran puramente económicas, un 20% de las empresas en el país prefirieron desarrollar su actividad en la provincia por los gastos inferiores.
En los últimos años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el traslado de la ciudad al pueblo ha registrado una parte relativa mayor respecto a la dirección opuesta, del pueblo a la ciudad: 26.3% frente al 21%. Esta tendencia se ha consolidado también por el afán de muchas familias jóvenes de buscar formas de existencia más saludables. Por otro lado, muchas personas que ejercen libres profesiones optaron por la vida libre y el puro aire de los pueblos. Las poblaciones alrededor de Sofía también se llenaron de gente de las ciudades que escaparon del ruido y el aire sucio.
Con la propagación de la pandemia de coronavirus muchos habitantes de las ciudades que poseen bienes raíces en las regiones rurales se mudaron allí antes de la prohibición de libre circulación. La causa principal del desplazamiento hacia las regiones rurales en esta ocasión es la posibilidad de pasar la cuarentena fuera las restricciones del medio urbano. Es el ejemplo del municipio de Tundzha, cerca de la ciudad de Yambol, donde después de la implementación del régimen de control de la circulación, fueron depositadas más de 900 peticiones de cambio de la dirección.
En palabras del secretario del ayuntamiento, Andon Krastev, se espera que esta cifra se duplique. Según su información, son más preferidas las aldeas en la zona que dista a unos 15 kilómetros de Yambol. A su juicio, las personas que cambian su domicilio son los que viven allí desde hace tiempo pero por una u otra causa no quisieron depositar los documentos de cambio de dirección.
También se observa una animación en las regiones rurales alrededor de la ciudad de Kiustendil, informa el corresponsal de Radio Nacional de Bulgaria, Kiril Falin.
Por ejemplo, Shishkovtsi, el pueblo del gran pintor, Vladimir Dimitrov "el Maestro", se ha convertido en un refugio para los ciudadanos de Sofía que tienen casas allí. En febrero el número de las personas que habitan esa pequeña población creció notablemente. En palabras de la alcaldesa, Iliyana Petrova, la causa es que muchas personas no van al trabajo a causa de las medidas restrictivas y regresaron a sus lugares natales.
Mucha gente posee casas allí pero por distintas causas viven en Sofía, en las grandes ciudades, y ahora regresan, señala ella. Con mayor frecuencia las personas cambian de domicilio para poder viajar y regresar. Tienen que comprar medicamentos y deben pasar por los puestos de control de carretera.
En Trekliano, otro pueblo cerca de Kiustendil, también han regresado muchas personas de las ciudades, informa Vasilka Kirilova de la directiva del ayuntamiento.
Ellos no salen mucho. Saben que tienen que guardar distancia. Han traído alimentos, todo lo que necesitan y se quedan en casa, señala.
En estos momentos los pueblos se perfilan como el lugar de vida más seguro y atractivo ya que compaginan el aire puro, la calma y óptimas condiciones de sobrevivir en época de confinamiento.
Versión en español de Hristina Taseva
Fotos: Bozhidar Cholakov, Kyril Falin
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