Para la arquitecta Tsvetanka Razsólkova todo comenzó en 1997, año en que en ella prendió el deseo de dedicarse a la proyección de templos. Su inspiración proviene de un viaje al macizo montañoso Ródope, en el sur de Bulgaria, donde fue invitada a diseñar el interior de la Iglesia de Santa Nedelya, en la ciudad de Nedelino, de reciente construcción a la sazón. El júbilo de los lugareños, privados durante 400 años de un templo ortodoxo, dejó en ella recuerdos inolvidables y le sirvió de inspiración en su posterior labor. Diseñó su primer templo en 2002 cuando comenzó a trabajar con la Metrópoli de Sofía por invitación del metropolitano Nikolay, actual metropolitano de Plovdiv, la segunda ciudad más grande de Bulgaria después de la capital, Sofia. La Arq. Razsólkova le está agradecida por haberle presentado la filosofía de la fe ortodoxa.
A petición suya, realizó un proyecto para la ampliación del templo de la Santísima Trinidad en el Monasterio de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, ubicado en el ejido del pueblo de Dolni Lozen, cerca de Sofía.
Paralelamente, diseñaba, reconstruía y restauraba otros templos, iglesias y complejos monásticos. En la actualidad trabaja en su obra eclesiástica número treinta.
La Arq. Razsólkova ha diseñado también el templo del Santo Archidiácono Esteban cuyas obras de construcción en uno de los barrios de Sofía ya están en marcha. Es un centro espiritual ortodoxo. El proyecto, de un área de 2,700 metros cuadrados, es impresionante, de muchos elementos: un templo, varias capillas, una escuela dominical, un centro para el desarrollo de la actividad social, explica la Arq. Razsólkova.
Uno de los primeros proyectos de la Arq. Razsólkova es la Iglesia Ortodoxa de San Constantino y Santa Elena de los Apóstoles, en la ciudad de Elín Pelin, que fue recientemente consagrada.
Las Escrituras de los Santos Padres dicen que cuando decidas trabajar para el Señor, deberás preparar tu corazón para las pruebas −dice la Arq. Razsólkova– . Cada templo es una obra laboriosa y específica en sí misma. Cada santo requiere su propio templo. Al principio, diseño a mano para que pueda salir del corazón. Esto se hace ayunando, orando al respectivo santo, al Señor, para que el trabajo sea exitoso. Además de creyente, el diseñador de templos debe comprender la filosofía de la religión, observar los requisitos canónicos, para que esta supuesta inspiración en Dios sea natural. El arquitecto debe ser bautizado, acudir regularmente a la iglesia y confesarse, así como estar casado por la Iglesia; el templo es la casa de Dios y debemos ser muy diligentes y cuidadosos no sólo en el diseño sino también en nuestra actitud personal hacia la fe.
Hay ciertos cánones al realizar los sacramentos de la Iglesia, que el arquitecto debe conocer para que el templo sea propicio para la adoración, que contiene mucho simbolismo. El estudio de muestras antiguas también es obligatorio, porque la ortodoxia está arraigada en los requisitos de forma y contenido, explica la Arq. Razsólkova. Ella misma, al embarcarse en el diseño de un templo, lee filosofía religiosa –tiene preferencias por san Juan Damasceno, cuyas obras dan conocimiento de los dogmas de la fe.
Diseñar un templo no es una gloria para el arquitecto –precisa Tsvetanka Razsólkova– . Mientras más templos diseño, voy siendo cada vez más consciente de que hay que ser humilde, que esta es la misericordia de Dios y que hay que profundizar en ello. El templo ortodoxo debería despertar desde lejos un estado de ánimo proclive a la oración. Es una arquitectura sacra, emerge como un sacramento del Señor. Una vez terminada la construcción de un templo, me pongo a observarlo y me parece que es obra de otro antes que mía; y este otro es el Gran Arquitecto Dios. Así rezan también las Escrituras: si el Señor no construye la casa, los constructores trabajarán en vano. Esto es totalmente válido para nosotros al ponernos a construir la casa del Señor.
Versión en español de Daniela Radíchkova
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