Hay que querer mucho a los niños para crear semejante programa. Desde que surgió en 2015, se han realizado más de 200 cursos. En el espíritu de nuestra vida diaria ligada a Internet, los niños aprenden a través de sus manos y la aproximación emocional a la historia sin demasiado esfuerzo, y resuelven con facilidad los quehaceres históricos.
El Museo Regional de Historia de la ciudad de Kyustendil,en el extremo oeste de Bulgaria, se prepara para el tradicional Telar Navideño, que se organiza para niños y adultos curiosos por el saber en vísperas de las fiestas de fin de año. Los días 12, 13 y 14 de diciembre, ellos mismos podrán tejer hermosas telas, como también ver interesantes hallazgos relacionados con el oficio de la tejeduría, que existió ya en el sexto al quinto milenio antes de Cristo.
Antes de que apareciera la rueca, usada para hilar manualmente las fibras para tejer, la gente empleaba vasijas de cerámica con asas interiores. Semejantes “tazones giratorios” han sido encontrados en Egipto, Palestina y Grecia. En Bulgaria, se conocen tres vasijas de este tipo del quinto milenio antes de Cristo (del Calcolítico), dos de ellos de la región de Kyustendil. También ha sido descubierta una tortera para huso del mismo período, con signos tallados representando las constelaciones Cisne y Osa Mayor. Todo este conocimiento los niños lo aprenderán con facilidad, cautivados por el juego y los enigmas, adquirirán las habilidades transmitidas a través de los siglos, empapándose de experiencia histórica inapreciable. El Telar Navideño forma parte del programa educativo Taller Museístico, basado en el simple hecho de que las cosas se aprenden a hacer usando las manos.
Es muy importante transmitir conocimientos a los niños mediante actividades prácticas para que puedan sentir el proceso de elaborar las cosas y recorrer el camino de nuestros antepasados –dice, convencida, Miroslava Táskova del Museo Regional de Historia de Kyustendil y una de los promotores del proyecto– .
Existe un gran interés por parte de niños, maestros y padres. El enfoque está puesto en el arte y la cultura en la Antigüedad. Algunos de los temas incluyen el examen de artefactos expuestos en el Museo Regional de Historia. El programa se complementa con material didáctico que nos ayuda a ampliar el alcance del entorno educativo que proporciona el Museo. En febrero, el tema es “La cultura alimentaria en la Antigüedad” y presenta vasijas prehistóricas y medievales halladas en los términos de nuestra ciudad, que muestran la forma de vida en épocas remotas. En marzo, nos enfocamos en la medición del tiempo.
Mostramos un modelo de horno que lleva incrustada una tabla de un calendario solar y lunar del quinto milenio antes de Cristo, uno de los más antiguos de Europa. “Los juegos en la Antigüedad” centra la atención en una vasija de cerámica del mismo milenio. Tiene diez y seis pequeños agujeros en la superficie; se trata, obviamente, de una pieza de juego. Lo más curioso es que hemos encontrado un análogo moderno de este juego; incluso tiene una aplicación móvil. Las reglas se ajustan sorprendentemente bien a nuestro objeto antiguo y éste “cobra vida” para los niños. Lo elaboran de arcilla y luego juegan con él. En mayo, cuando celebramos el Día de la Cultura Búlgara y la Escritura Eslava, mostramos signos del Calcolítico que preceden a la escritura. Hemos inventado juegos basados en el alfabeto glagolítico y el cirílico, enseñamos a los niños las antiguas técnicas de impresión y las portadas de antiguos manuscritos. Otro tema importante es el dedicado a los carros de guerra y la decoración en la Antigüedad. Examinamos un magnífico ejemplar de dos ruedas, mostramos su ornamentación en detalle, y los niños confeccionan de modelina un adorno para los arneses del caballo.
El último tema se refiere a la indumentaria, los accesorios y las armas en la Antigüedad. Una imagen sobre unas pequeñas figuras antropomorfas del quinto milenio a. C. remite al traje típico de nuestra región. También estudiamos la capa de los guerreros tracios, llamada zeyra, análogo al yamurluk, la capa que usaban los pastores búlgaros.
Cerrando simbólicamente el ciclo anual, en los días siguientes los niños van a tejer en el “telar navideño”. Guiados por su imaginación, combinarán la estética moderna con técnicas antiguas. Así abordarán el nuevo año enriquecidos e inspirados para siempre en la historia de su terruño.
Versión en español de Daniela Radíchkova
Fotos: Museo Regional de Historia de Kyustendil y Albena Bézovska
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