La región histórica de Besarabia formó parte del Estado búlgaro hasta finales del siglo X. Luego, el territorio fue conquistado por los cumanos, pechenegos, mongoles y, en el siglo XIV, también por los basarabos. Además entró en los límites del Imperio Otomano hasta el 1812, cuando, tras una de las guerras ruso−turcas, fue conquistada por Rusia.
Los datos sobre el asentamiento de búlgaros, procedentes de las ciudades de Yámbol, Sliven, Karnobat y la región en aquellas tierras lejanas, se remontan a mediados del siglo XVIII. Después del 1774, la migración cobró dimensiones de auténtico éxodo debido a la represión a la que fue sometida la población búlgara por el Imperio Otomano, así como a causa de la oferta atractiva por parte de Rusia que prometía que cada familia recibiría grandes extensiones de tierra para uso perpetuo. En las zonas rurales, estarían exentas de impuestos por un período de treinta años, y en las ciudades por hasta cinco. Además, a los búlgaros se les garantizaba que recibirían subvención para construir sus hogares. Al llegar a aquellas tierras, empero, se encontraron con un campo inmenso de espinas y malezas que nunca se había cultivado. A fuerza de mucho trabajo y voluntad los búlgaros consiguieron transformar la región convirtiendo aquel páramo en un enorme granero, y sus propios patios en lugares paradisíacos de cultivos hortícolas variados y árboles frutales. La explicación por aquel espíritu aprendedor es sencilla: fue la expresión de su convicción de que todo lo valioso que poseían era su origen búlgaro. Confiaban que con conservarlo no existiría una fuerza o problemas capaces de doblegarlos. A ello se debe también el cariño extraordinario que le profesan a Bulgaria y la emoción con la que los búlgaros besarabos actuales se refieren a este país a pesar de no haberlo visitado jamás muchos de ellos.
La historia de la formación de la comunidad de los búlgaros besarabos que viven hoy en el territorio de dos países −Moldavia y Ucrania− está recogida en un nuevo libro dedicado a aquéllos. En Encuentro con Besarabia, su autora, Elisaveta Belobrádova, describe las emociones que ha ido sintiendo en los diez días de su viaje por aquella región.
El periplo comprendía también una estadía en Rumanía, en ciudades vinculadas con la historia búlgara. En Basarabia tuvimos vivencias muy interesantes. Entrevisté a una búlgara de 94 años de edad, quien había sobrevivido al año de la hambruna en Ucrania. Diez años más tarde, semejante desastre ocurrió también en Besarabia. Los búlgaros fueron despojados de su propiedad privada, se nacionalizaron los bienes raíces y los animales, a los hombres se les desterró a Siberia, y en un año la población comenzó a morirse de hambre.
Lo que movió a Elisaveta a visitar aquellas tierras se vincula sobre todo con la multitud de leyendas que existen en Bulgaria sobre los búlgaros besarabos. A su juicio, la reunión en vivo y en directo es muy distinta a lo que se dice y se ve en los medios informativos. Como testigo directo, Elisaveta describe la vida y los problemas de los búlgaros en Besarabia. Uno de estos problemas, relacionado con la posibilidad de que sus hijos estudien la lengua búlgara, se encuentra, de hecho, ya resuelto si bien de manera diferente en Moldavia y Ucrania.
En Moldavia no existe problema alguno de que la lengua búlgara se estudie en todas partes, pero todas las escuelas son moldavas −explica la autora de Encuentro con Besarabia− . El búlgaro se enseña como segunda lengua, mientras que el ruso es idioma oficial en que se enseñan todas las asignaturas. En Ucrania es bien distinto. Allá el liceo búlgaro tiene su autonomía, no hay ningún impedimento a que las minorías estudien su lengua materna, aunque se prevé que el ucraniano sustituya el ruso en las escuelas. A la hora de optar por una segunda lengua, los niños búlgaros que elijan a la lengua búlgara ya no estudiarán ruso sino ucraniano y búlgaro, así como una lengua occidental.
Los búlgaro besarabos afrontan, además, otras dificultades y problemas relacionados con la falta de una infraestructura estable, y también de autopistas. Son de especial importancia para ellos para poder transportar normalmente sus productos y comerciar. Sin embargo, la solución de este problema está en manos del Gobierno de Ucrania que, según dicen, subestima su región.
Versión en español de Daniela Radíchkova
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