Tsvetanka Gueorguíeva hizo su primera maqueta con solo 6 años, y entonces no podía imaginar que años después esta actividad se convertiría en una forma de vida, ni que elaboraría más de 300 de sus magníficas casas.

La idea de dedicarme profesionalmente a hacer maquetas de casas surgió hace 10 años, cuando regresé definitivamente a Bulgaria, recuerda Tsvetanka. Toda mi vida está relacionada con el arte, como pasa con los artesanos. En Alemania me dedicaba a pintar, así como en Turquía, pero finalmente me aburrí de la vida en el extranjero. La primera casa que hice se la regalé a la guardería de mi hija. Les gustó mucho y a partir de ahí las cosas tomaron un cariz profesional. Pasé por muchas profesiones, pero llegado un momento me dije: ¡espera, tienes un oficio en tus manos, haz lo que te gusta y lo que puedas, es un don! Y dejé de huir de lo que me atraía.

Al principio, Tsvetanka utilizaba principalmente materiales naturales: cartón, madera, piedra… Pero más adelante pasó a una alternativa más profesional: una combinación de materiales de construcción, dependiendo del efecto buscado. Desde las casas más pequeñas, de 17x20 cm, hasta las más grandes, de más de un metro de tamaño, todas cautivan su encanto y con la precisión y el detalle de su elaboración:

Las maquetas arquitectónicas están hechas a escala para que sean 1:1 con el original, y de ahí vienen las dimensiones, porque cuanto más grande la maqueta, más detallada es, explica Tsvetanka Gueorguíeva. Algunas personas quieren la antigua casa de sus abuelos que ya no existe, pero me la describen, hago bocetos, se los muestro, y si es lo que quieren, se la hago. Otras veces me mandan fotos de la casa y la hago basándome en ellas. Pero cuando hago algo propio y personal, me dejo llevar por lo que me gusta. Busco en Internet, o me baso en fotos que hice cuando viajábamos por Bulgaria y que despertaron mayores emociones; entonces intento recrearlas, unas veces de forma fidedigna, y otras me tomo licencias artísticas. Depende mucho de la emoción.

La elaboración de una maqueta puede llevar desde dos o tres días a un mes entero. La mayoría de las casas se encargan para la decoración del jardín o en forma de panel, por lo tanto son cerradas, pero hay algunas que tienen el techo e incluso pisos móviles, y están amuebladas al estilo antiguo, añade Tsvetanka Gueorguíeva. Ha transformado en maquetas monumentos arquitectónicos y otros lugares de interés, casas de lujo más modernas con piscinas y, por supuesto, casas renacentistas. El modelo más inusual es la Torre del Reloj de Tryavna, con iluminación, con el puente y el río que pasa debajo, que mide 150x80 cm. Y lo que aún no ha construido es el Castillo de Ravadinovo.

¿De dónde saca inspiración para sus diseños diversos y únicos con patios, árboles, flores, alfombras tejidas y artículos domésticos?

Principalmente de la música, sonríe la artesana. Simplemente escucho música que vibra al son de mi estado de ánimo, mi emoción del momento, y trabajo con ella. Si en una obra no lo das todo de ti, el resultado es un objeto desnudo sin más, sin alma. Tienes que entregarte al máximo. Esto es una forma de reproducir energía en algo tangible; al menos así me lo explico yo. Porque a menudo ni siquiera pienso en lo que estoy haciendo, la propia emoción me impulsa. Las cosas no son fáciles en Bulgaria, hay que invertir mucho de uno mismo llegar a alguna parte. Pero si todo fuera fácil, ¡no sería interesante!

Versión en español por Marta Ros