“Non omnis moriar” (No moriré del todo) es el título de la obra de Stoyán Raynov, elegida como emblema de una exposición colectiva dedicada al legado de uno de los artistas más productivos y talentosos de la cerámica pintada búlgara. La exposición está dispuesta en la Galería de Arte Vaska Emanuílova de Sofía e incluye dibujos de ilustración de la etapa temprana del artista, así como obras de cerámica de su madurez. Un lugar especial está dedicado a la colección museística de la Academia Nacional de Bellas Artes, que exhibe 23 obras, incluidos trabajos de Stoyán Raynov y de sus estudiantes en el período de 1932 a 1961.

Según Neda Zhívkova, comisaria de la Galería Municipal de Bellas Artes de Sofía, la exposición es importante porque presenta a Raynov como pintor ceramista, pero también como profesor y pedagogo muy querido por sus discípulos de la Academia.

Antes de decantarse por la cerámica, Raynov fue ilustrador, pintor, artista gráfico, y todo ello se trasluce en la obra “Non omnis moriar” en la que se aprecia el perfil estilizado de una mujer. Está realizada en el estilo característico del Oriente con la técnica del mosaico de cerámica, poco común para la escuela búlgara de la cerámica.

Raynov incluso ha insertado su firma verticalmente, lo que recuerda el estilo de los modernistas de la época –dice Neda Zhívkova–. Esto no es sorprendente porque estudió en algunos de los talleres más importantes de las capitales europeas de la cerámica. Según la prensa periódica de los años 1920, a la cerámica se dedicaban principalmente las mujeres. Se le percibía como un pasatiempo y una actividad artesanal. Es Stoyán Raynov quien la elevó al rango de arte. Tras especializarse en el extranjero, regresó a Bulgaria y empezó a enseñar en la Academia de Bellas Artes.

En 1932 introdujo varias técnicas nuevas, esmaltes y pigmentos para cerámica modernos y tantas cosas más desconocidas por aquel entonces en el país. Introdujo novedades tanto en los argumentos como en la tecnología de la elaboración de la cerámica. En la muestra hay un jarrón de estilo Secesión decorado con hojas de castaño y pájaros. Las formas de los objetos también son muy modernas para la época, pero no han perdido su frescura.

Stoyán Raynov empezó a estudiar en profundidad las características de la cerámica búlgara y consiguió combinar la experiencia adquirida en el extranjero con el estilo nacional. Los resultados son más que impresionantes. Incluso en las vajillas de cerámica aparentemente simples, los expertos descubren experimentos exitosos con barnices y esmaltes y cocción de la cerámica a diferentes temperaturas. Así, Raynov ha logrado efectos interesantes, luces y sombras que parecen fortuitas, pero en realidad son el resultado de un proceso reflexivo.

Stoyán Raynov fue eclipsado por su hermano, el escritor, pintor y académico Nikolay Raynov, una figura influyente en el mundo del arte y la literatura búlgaros –prosigue Neda Zhívkova– . El artista formó parte de un círculo de autores muy interesante que unía a las grandes personalidades de la época, como los poetas Gueo Milev, Dimcho Debelanov, Nikolay Líliev, el escritor y pintor *Sirak Skitnik, etc. Dos de las obras destacadas de Raynov presentadas en la exposición son jarrones decorados con extractos de la colección Leyendas de los bogomilos de la autoría de su hermano Nikolay Raynov. Después de 1944, Stoyán Raynov se enfocó más en su actividad como docente, pero no dejó de experimentar y de ser un innovador en el ámbito de la cerámica artística.

*Sirak Skitnik (en español Huérfano Errante), seudónimo artístico de Panayot Tódorov Jristov, es también el primer director de Radio Nacional de Bulgaria.

Versión en español de Daniela Radíchkova
Fotos: Galería de Arte Vaska Emanuílova