Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, llegó el jueves en visita a Bulgaria tras haber participado en la cumbre del Grupo B9 en Eslovaquia. En esta conferencia Bulgaria estuvo representada por Rumen Radev, presidente de este país, quien desde los pasillos de la cumbre llegó a comentar que algunos textos de la declaración final previamente confeccionada amenazaban la materialización de proyectos de infraestructura de interés nacional para Bulgaria y que él había hecho lo indispensable para que esos textos fueran suprimidos de la declaración. El jefe de Estado búlgaro no ofreció detalles pero, probablemente, los textos problemáticos apuntarían contra la materialización de los proyectos gasistas “Corriente del Norte 2” y ”Corriente turca”.

Horas antes de iniciarse la visita a Bulgaria de Jens Stoltenberg, el presidente de Bulgaria exhortó desde Eslovaquia al Ejecutivo búlgaro a “materializar” la visita a Bulgaria, los próximos días 4 y 5 de marzo del primer ministro ruso Dmitrii Medvedev, para que no se convirtiera la misma en rehén de intereses foráneos. Al lanzar este llamado Rumen Radev ha confirmado la convicción de que, amén de por separado, las dos visitas se han de concebir en una mutua relación. Concebirlas, por qué no, también en el contexto de la advertencia, lanzada recientemente por el vicepresidente norteamericano Mike Pence en la Conferencia de Seguridad de Múnich, de que los EE.UU. no observarían impasibles cómo aliados de la OTAN compran armas a adversarios suyos y que no se podría garantizar la paz del Occidente si estos aliados dependieran del Este.

Los medios informativos búlgaros dan amplia cobertura a las declaraciones del jefe de Estado búlgaro. Uno de éstos resalta que el presidente búlgaro obviamente entiende por “intereses foráneos” intereses ajenos a Bulgaria e igualmente ajenos a Rusia. No obstante, hay que señalar que Rumen Radev ha ocupado tales posiciones con otros motivos también y lo ha ido haciendo desde el comienzo mismo de su mandato. En concreto, en lo tocante a los proyectos energéticos, también un antecesor de Radev, Gueorgui Parvanov, identificaba los intereses nacionales con los rusos. Además, no sólo se comportaba así con respecto al proyecto “Corriente del Sur”posteriormente transformado en “Corriente turca”, sino también en lo que se refiere al proyecto de reanudación de las obras de construcción de la planta nuclear de Bélene, congelado desde hace años. Sin embargo, quien defendía posiciones opuestas fue otro ex presidente, Rosen Plevneliev, y también lo hacía, con respecto a una parte de los temas y con distintos matices en sus diferentes mandatos, el propio primer ministro, Boiko Borisov.

Ya antes del comienzo oficial de la visita a Sofía de Jens Stoltenberg, una cena de trabajo de éste con el primer ministro, Boiko Borisov, ha confirmado que los puntos básicos en las relaciones de Bulgaria con la OTAN son el trabajo conjunto en los terrenos de la Seguridad y la Defensa, la transacción para la compra de nuevos cazas para las Fuerzas Aéreas de Bulgaria, el presupuesto militar y la situación en los Balcanes Occidentales y en la zona del mar Negro. Al mismo tiempo, se han preanunciado como temas principales en la agenda de la visita de Medvedev a Sofía, la cooperación en los terrenos de la Energía, la Economía y el Turismo.

¿Cuál es la relación que guardan las visitas a Bulgaria del primer ministro ruso y del secretario general de la OTAN? Es algo que será posible comentar cuando ambas visitas concluyan.

Versión en español por Mijail Mijailov