“Ay, qué cosas tan preciosas hay en el baúl de abuelita. Una toca con abigarrados hilos de seda. Chalequitos de terciopelo con bordadas flores doradas. Vestidos de seda. Seguro los llevaría en sus años mozos”.
El cuento “El baúl” de Dora Gabe, escritora de libros infantiles, ha transformado la vida de los alumnos de segundo año de la escuela media “Vela Blagoeva” de la ciudad de Veliko Tirnovo. Ellos son los primeros en trabajar en el marco del proyecto “Con la tableta en mano llego a la escuela temprano” y van desarrollando habilidades propias del siglo XXI por medio de una educación interdisciplinaria orientada a proyectos y una formación sin libros de texto. El tema planteado es “Mi Bulgaria” y mientras la profesora Darina Petrusheva está tratando de encontrar algo capaz de acaparar el interés de los estudiantes, los niños viendo las ilustraciones que acompañan el mencionado cuento se van dando cuenta de que en sus hogares en las aldeas también hay tales baúles. Se gesta así la idea sobre el proyecto titulado “Actividad descubridora”.
Espontáneamente se me ocurrió lanzar a los chicos un desafío: el de que abran esos baúles, vean lo que hay dentro y descubran objetos y trajes relacionados con el pasado de sus respectivas familias, dice la profesora Petrusheva. No me esperaba que pudieran traer tantas cosas, que descubrieran una belleza vieja de más de cien años.
Casi todos los niños han descubierto y mostrado trajes tradicionales antiguos increíblemente vistosos de diferentes regiones de Bulgaria. Cencerros, cantimploras de madera, hebillas de plata, calcetines bordados, monedas del siglo pasado, relojes de bolsillo, alhajas, alpargatas, husos, cajas para joyas, son otros de los objetos que han salido de las arcas de las abuelas.
Estamos repartidos en grupos y trabajamos en equipo, en el aula contamos con multimedia y esperamos que en breve nos den tabletas. Buscamos en Internet información sobre el tema planteado y vamos anotando lo más importante, dice Alex, de 8 años de edad. Recogí del baúl de mi abuela un cofre para joyas, calcetines y una bolsa bordada con bolsillos en los que se solían colocar cepillos, agujas, hilos, tijeras, entre otros materiales de costura.
Otra de las alumnas, Caterina, ha encontrado en las vetustas arcas unos pequeños mantelitos cuadrados tejidos y bordados por su abuela. De niña la madre de mi abuela le enseñó a coser estos mantelitos. Se colocan éstos en diferentes lugares en el hogar. Traen en su superficie distintos bordados. Ahora mi abuela y mi mamá me van a enseñar a coserlos también pero de momento voy aprendiendo a bordar pequeños gobelinos, dice Caterina.
Velislav, con la ayuda de su abuela y su mamá, ha encontrado un traje tradicional muy antiguo. El traje que he mostrado es tradicional para la región de Pleven. Ha sido tejido a mano y tiene más de 120 años, Presenta unos colores más oscuros e intensos, típicos para esa región. El traje típico de ésta es uno de los más antiguos en las tierras búlgaras. En nuestra familia existe la tradición de transmitir esta prenda de la suegra a la nuera. Es una tradición que se mantiene vigente hasta hoy en día, dice con orgullo Velislav.
El entusiasmo de los chicos ha contagiado asimismo a sus familiares. En diciembre vino mi abuela y nos mostró cómo se elaboraba una hogaza ritual de la manera tradicional. Luego todos fuimos elaborando sendas figurillas de masa, las colocamos en la superficie de la hogaza y la horneamos”, dice Deni.
Mi mamá nos ha contado sobre Trifón El Podador, sobre la recolectora de uva, Kina Garbova, la primera mujer cuya imagen apareció en los antiguos billetes de dos levas, señala Nicole.
Cuando concluya el cumplimiento del proyecto todos los objetos encontrados por los alumnos serán mostrados en una exposición. Además, los niños irán llevando sus mini arcas en las cuales guardarán todo lo que vayan confeccionando durante el año escolar. De momento hay en estas mini arcas tarjetas con bordados, mapas de Bulgaria, efigies de revolucionarios y próceres de la Ilustración Nacional, como también agendas en las que los alumnos van apuntando los actos que los harán mejores.
¿Qué cuál es la lección más importante que los niños deben aprender?
Deben apreciar lo patrio, justipreciar a sus familiares, adquirir ellos mismos conocimientos sobre Bulgaria en vez de esperar a que alguien se los dé. Deben descubrir por si mismos lo que la patria significa para ellos, concluye la profesora Darina Petrusheva.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal
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