La opinión pública en Bulgaria lleva ya una semana comentando las aseveraciones sobre una relación entre el caso Skripal en Gran Bretaña y el intento de envenenamiento investigado en Bulgaria, del empresario armamentista búlgaro, Emilian Gebrev. La versión fue lanzada primero por el sitio británico de investigaciones Belingcat y su colega ruso Insider, y luego fue retomada también por algunos medios informativos en Bulgaria con titulares del tipo de “Agente del Departamento Central de Inteligenciaruso, involucrado en el caso Skripal, también implicado en el envenenamiento de Gebrev” y “La Comisión de Control sobre los servicios secretos toma cartas en el caso del envenenamiento de Gebrev”.
Según el diario The Times, la policía londinense y el MI 5-el servicio de contraespionaje británico- vienen investigando el caso búlgaro desde el año 2015. Dicho en términos generales, es objeto de investigación un agente ruso con seudónimo Fedótov quien había estado en Gran Bretaña durante el envenenamiento de Skripal con la sustancia química Novichok y había pasado por Bulgaria en tres ocasiones, una de las cuales coincidió en el tiempo con el envenenamiento de Gebrev. En Gran Bretaña Fedótov habría tenido el papel de ayudante pero no de ejecutor del atentado contra Skripal.
Ayer lunes, el caso se politizó decididamente por medio de una reunión, mantenida por el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, con la embajadora de Reino Unido en Sofía, Emma Hopkins, en la que participaron asimismo Sotir Tsatsarov , Fiscal General; Mladen Marinov , ministro del Interior y Dimitar Gueorguiev , jefe de la Agencia Estatal para la Seguridad Nacional. Aportaron trazos complementarios a la reunión también algunas otras declaraciones políticas. Tras haber manifestado el 10 de febrero el líder parlamentario del partido gobernante GERB, Tsvetan Tsvetanov, su seguridad de que Rusia intentará interferir en las elecciones también en Bulgaria, el embajador ruso en Sofía, Anatolii Makarov, ha replicado que no había recibido instrucciones para tal cosa y ha calificado de absurdas las aseveraciones sobre una relación de Rusia con el envenenamiento del empresario búlgaro Gebrev.
Al término de la conversación del primer ministro búlgaro con la embajadora británica, trascendió que la hipótesis sobre una relación entre el caso Skripal y el envenenamiento de Gebrev había sido lanzada por éste el año pasado pero que el peritaje encargado por el empresario búlgaro en un laboratorio de Finlandia no había detectado sustancias de la lista de la Convención para la prohibición de las armas químicas. Resultó que en la casa del comerciante de armas había rastros de insecticidas en una máquina de hacer café, y que una sustancia similar a éstos también había sido encontrada en una ensalada, consumida por Gebrev en una cena con socios suyos. El diario Trud, entre irónico y serio se ha fijado en esta circunstancia y ha titulado : “Gebrev envenenado con la ayuda de una máquina de hacer café y una ensalada”.
El pasado viernes, Dmitrii Peskov, secretario de prensa del presidente Putin, preguntaba: "¿Cómo es posible que el uso de una sustancia tóxica de combate en Europa haya podido pasar inadvertido en el año 2015? ¿Por qué es ahora cuando se acaban de enterar de ello?”. Las preguntas quedan en pie también hoy, dando lugar a hipótesis diversas.
¿Se estará haciendo acaso un intento por provocar una nueva reacción de Bulgaria tras no haberse sumado este país el año pasado a la mayoría de países de la UE y la OTAN, los cuales por el caso Skripal expulsaron a diplomáticos rusos? En aquella ocasión Sofía manifestó que necesitaba de mayor número de evidencias sobre la implicación de Rusia en el conato de asesinato pero, el lunes, 11 de febrero, expresó, de hecho, que todavía no tenía pruebas pero que las continuaba buscando en coordinación total con los servicios secretos británicos.
Tras expresar satisfacción por la reunión mantenida con el primer ministro de Bulgaria, la embajadora británica ha comentado que “los servicios secretos búlgaros y británicos trabajan conjuntamente en relación con el caso Gebrev” y que “la investigación continuará después del Brexit”. ¿Por qué la diplomática británica ha estimado necesario decir esto y no sugiere lo dicho por ella que la extraña reanudación de la investigación del caso pueda guardar cierta relación con la salida de Gran Bretaña de la UE?
También se abre camino la tesis, según la cual, el comerciante de armas búlgaro habría sido blanco de un intento de asesinato debido a intereses de negocios privados. Sin embargo, según Tsvetlin Yovchev, antiguo jefe de la Agencia Estatal para la Seguridad Nacional, la eventual implicación de un servicio especial ruso en un caso de estas características queda descartada puesto que, de producirse, significaría que Moscú no ejerciera control sobre sus propios servicios especiales y sus agentes.
El caso sigue abierto, ya que sólo dentro de un par de días, el 14 de febrero, será examinado asimismo por la Comisión Parlamentaria de control sobre los servicios de seguridad, de lo cual se deduce que el caso sigue siendo de carácter político.
Versión en español por Mijail Mijailov
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