Recibimos más del 80 % de la información a través de los ojos. El pensamiento, la conducta y toda nuestra esencia están condicionados por lo que vemos. Pero imaginemos que lo visual no fuera relevante.
Los otros sentidos se agudizan, sentimos aromas y sabores que no imaginábamos que existieran. No creo que antes de experimentarlo nadie pueda comprender qué se siente estando en la oscuridad total; que el resto de sentidos se apoderen de ti para experimentar un auténtico viaje gastronómico elaborado por nuestros chefs, dice Plamen Veselinov, propietario del único “restaurante oscuro” no solo de Bulgaria, sino también de la Península Balcánica, que recientemente ha abierto sus puertas en Sofía. El nombre "Tenebris" viene del latín y significa “oscuridad". La idea es que la gente deje de lado el sentido de la vista y durante una o dos horas se sumerja en un mundo de sonidos, sensaciones, sabores y tacto.
La aventura empieza al adentrarse en la parte “oscura” del restaurante, donde reina la oscuridad total: los visitantes deben confiar en los únicos que ahí se encuentran en su elemento: los ciegos, a los que llaman “anfitriones”.
No les llamamos camareros porque su misión no es llevar incontables platos y vasos, explica Plamen Veselinov. Son anfitriones, su papel es hacer que los invitados se sientan cómodos y ser sus guías en la oscuridad. Este no es su mundo; su mundo no es oscuro, es luminoso, pero se las arreglan muy bien en la oscuridad, afirma Plamen.
Nuestra tarea es alejar a la gente de la zona luminosa y guiarles hasta sus sitios, tras lo cual les llevamos bebidas y un menú, cuenta Silvia Chausheva sobre su trabajo. Cuando entran, empiezan a confiar totalmente en nosotros. Algunos sienten miedo, pero enseguida conseguimos que depositen su confianza en nosotros. A menudo preguntan si hay escalones o algún otro obstáculo, y yo simplemente respondo que recorremos el lugar cada día, que conocemos al dedillo cada rincón del restaurante y que no les puede pasar nada.
Además de crear puestos de trabajo para personas con discapacidad visual, que es un importante elemento social, el restaurante persigue también otro objetivo.
Queremos mostrar a la sociedad que estas personas de ningún modo reemplazan a nadiey que pueden posicionarse excepcionalmente bien en el mercado laboral. Bulgaria no utiliza los recursos que ofrecen las personas con alguna discapacidad, y pierde mucho con ello, opina el gerente del novedoso establecimiento de Sofía, Simeón Petrov.
Al terminar la cena, los comensales pueden ver imágenes de los alimentos que han consumido y comprobar hasta qué punto han podido reconocer la comida en la oscuridad.
Han venido chefs experimentados, críticos y todo tipo de clientes, y solo consiguen reconocer el 15-30 % de los productos, dice Plamen Veselinov con una sonrisa. Esto no es ninguna sorpresa. Estamos acostumbrados a analizar la comida primero con la vista, y en la oscuridad es muy difícil distinguir las verduras o incluso la carne. Además, nuestros chefs practican la cocina “tecno-emocional”, utilizan más de 9 técnicas en la elaboración de cada plato y modifican el sabor de cada producto.
¿Cómo se las arreglan los videntes cuando entran en el mundo de oscuridad total en el que viven los invidentes?
Al principio pasan por un periodo de adaptación en el que se sienten impotentes, estupefactos y algo preocupados. Y aquí es donde empieza nuestra misión como anfitriones, porque es muy importante que se les introduzca en la oscuridad de un modo interesante para ellos. Aquí aprenden muchas cosas y muy diversas. Pero tal vez lo que más les atrae es el hecho de que ellos mismos, colocados en esa situación, logran adaptarse y superarse a sí mismos en la oscuridad. Por eso, venid a nuestro restaurante, porque aquí mostramos que salir de la zona de confort es algo bueno, dice la anfitriona Milena Kostadinova, invitando a todos quienes deseen sumergirse en esta increíble aventura.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: Desislava Semkovska y archivo personal
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