El 11 de diciembre el Parlamento Europeo aprobaba por 514 votos a favor, 107 en contra más 38 abstenciones, una resolución sobre la adhesión de Bulgaria y Rumanía al espacio Schengen. Se trata, en realidad, del quinto llamado que esta institución europea viene haciendo desde muchos años hasta la fecha. Al igual que hasta ahora los eurodiputados han considerado, una vez más, que los dos países han cumplido las exigencias técnicas para el ingreso en Schengen. A diferencia de antes , una abrumadora mayoría en el Parlamento Europeo ha considerado ahora que la supresión escalonada del control de fronteras-primero de las inspecciones en las fronteras internas marítimas y aéreas., y luego en las fronteras internas terrestres-resulta inadecuada ya que entraña una serie de riesgos y podría capaz de tener una repercusión negativa sobre la futura ampliación del espacio Schengen. A juicio de los eurodiputados la prolongada posposición del acceso íntegro de Bulgaria y Rumanía al espacio Schengen ha generado ya unas consecuencias negativas no sólo para los dos países citados sino para la UE en su conjunto.

Sin embargo, en el debate en torno al llamado del PE, en la sala de sesiones de éste no estaba presente un representante del Consejo de la UE y es que la ampliación del espacio Schengen depende de la decisión de este órgano. Tal decisión el Consejo de la UE sólo la podrá tomar por consenso, y es que los resultados de la votación de la citada exhortación ponen de relieve que en el Parlamento Europeo tampoco existe un consenso respecto al tema. Sobre el telón de fondo del dramatismo de la evolución de los acontecimientos en torno al Brexit, el tema de la extensión de Schengen dista mucho de ser punto de candente actualidad en la agenda comunitaria. Es poco probable que se convierta en tal hacia el final del mandato de la actual Comisión Europea y de los mandatos de la mayor parte del resto de instituciones europeas.

En este sentido el debate celebrado el martes en el PE sobre el tema de la ampliación del espacio Schengen con la incorporación a éste de Bulgaria y Rumanía, probablemente se deba considerar más bien como un elemento de la campaña de cara a las próximas elecciones europeas. Provoca tales pensamientos también el hecho de que ha sido autor del proyecto de resolución del PE, Serguei Stanishev, presidente del PSE, cuyos comentarios del tema contenían asimismo elementos de crítica al gobierno de coalición del partido GERB, que forma parte del PPE.

Debido, probablemente, a estas circunstancias también, las reacciones de Sofía ante la actual, quinta, exhortación del PE para el ingreso en el espacio Schengen de Bulgaria y Rumanía, han sido moderadas. En el sitio del Ministerio de Exteriores no ha aparecido toda vía ningún comentario de lo que ha ocurrido el 11 de diciembre en Estrasburgo, y en uno de sus comentarios más recientes, hechos en rueda de prensa el pasado mes de junio, Ekaretina Zajarieva, ministra búlgara de Exteriores manifestaba que “El espacio Schengen , de hecho, no funciona y, además, desde hace varios años. Nuestra posición es que debemos proteger nuestras fronteras exteriores, y no cercarnos desde dentro”. Evidentemente, los gobernantes en Sofía, tampoco esperan una pronta solución del caso “Bulgaria en Schengen” y esto, bajo las circunstancias actuales, es una postura realista.

Versión en español por Mijail Mijailov