El realizador de la película es Tódor Dimitrov, quien desde hace años se dedica a hacer documentales sobre arqueología e historia. En cierto momento, el destino quiso que su camino se cruzara con el de Jristo Todev, un escalador y explorador aficionado del Ródope Oriental, la montaña sagrada por la que también hoy en día se puede vagar kilómetros sin ver un alma viva. Esta reunión, las percepciones personales de Tódor Dimitrov de su comunicación con la montaña, así como las historias contadas por Jristo engendraron la idea del documental Reflejos del Ródope.
Jristo Todev recorre el Ródope Oriental desde hace años –dice Tódor Dimitrov– . Se apasiona por el misterio que rodea a los nichos trapezoidales tracios, reflexiona sobre cómo y por qué fueron hechos, intenta llegar a nichos que en la práctica son inaccesibles. En las investigaciones le acompaña Milko Petrov.
Los numerosos nichos de culto tallados en la Antigüedad en las rocas en la porción oriental del Ródope y, especialmente, a lo largo de la ribera del río Arda, han atraído la atención de arqueólogos y exploradores aficionados durante más de un siglo. No obstante, el porqué de su aparición sigue siendo un misterio.
El esfuerzo realizado para tallar un número considerable de los nichos ubicados en lugares de difícil acceso, hace suponer que para los antiguos aquéllos tenían un significado especial. Tal vez sean relacionados con alguna creencia sobre la transición a la vida en el inframundo, opina Jristo Todev.
También en algún lugar del Ródope Oriental, en una aldea casi fantasmal, en medio de casas construidas a mediados del siglo XVII, vive el tío Shabán, otro protagonista del documental. Sobre el tío Shabán, el realizador Tódor Dimitrov comenta lo siguiente:
Desde el año 1958 vive solo en una aldea abandonada pero muy bonita, donde no hay electricidad ni la hubo jamás. Hasta allí no hay camino. Las dos aldeas más cercanas están a unos 3 y a 6 a 7 horas a pie. En 1958, cuando se implementaron las granjas cooperativas colectivas, los animales agrícolas fueron nacionalizados y los habitantes de la aldea prácticamente la abandonaron. Shabán se quedó solo y sigue allí hasta la actualidad, cría animales y se siente muy bien.
El cuarto protagonista del documental es Alexánder Kiferov. Une su destino a la montaña Ródope, impulsado por su pasión por los fósiles a cuya búsqueda lleva dedicado años, según explica Tódor Dimitrov.
Alexánder Kiferov reflexiona sobre la formación de los fósiles y su datación, y también sobre el origen de la vida en la tierra. Expresa dudas respecto a la infalibilidad de la ciencia moderna, sobre la teoría oficial de la formación de los fósiles.
Al final de la entrevista concedida a Radio Bulgaria, el director del documental Reflejos del Ródope apostilla:
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal
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