El sello utilizado para elaborar el pan que se ha de usar en el sacramento, está sujeto a requisitos estrictos –dice la Dra. Iglika Míshkova del Instituto de Etnología y Estudios Folklóricos con Museo Etnográfico, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria– . Por lo general, el sello suele estar dividido en campos básicos, estrictamente canónicos, y lleva la imagen obligatoria de una cruz. En el centro está presente la inscripción ИС ХС НИ КА (IC XC NIKA – “Jesucristo vence”). Uno de los lados del sello está dedicado a la Virgen, y el otro, a todos los rangos angelicales. Sin cualquiera de estos símbolos, el pan no puede estar presente en el sacramento religioso.
Por regla general, los sellos de prósforon canónicos se elaboran por monjes o personas familiarizadas con el simbolismo eclesiástico. Existen, además, sellos de prósforon caseros que se utilizan para estampar diversos tipos de panes rituales y festivos preparados en casa.
La mayoría de estos sellos fueron hechos por pastores anónimos que labraban, junto con otras artesanías típicas para la talla pastoril, sellos para pan −explica la Dra. Iglika Míshkova− . Estos sellos son mucho más interesantes. En su parte superior a menudo representan cruces y se les utilizaba para los altares. Sobre ellos está recreada una gran parte de los símbolos cristianos, pero son muy primitivos. La decoración también es interesante. Los autores utilizaban diferentes colores para llenar los espacios. Hay sellos que llevan grabado el año en que fueron hechos, hay otros con símbolos del sol, con cruces, con el nombre de la persona a la que fue obsequiado el sello, etc. Todo depende de las habilidades y los conocimientos de quien elaboraba los sellos.
Lamentablemente, hoy en día estos conocimientos se han perdido. Antaño, los maestros artesanos conocían mejor la naturaleza, sabían en qué época del año la madera es adecuada para tallar porque contiene una cierta cantidad de savia que permite que los sellos duren más tiempo.
Al observar los sellos más antiguos de las colecciones museísticas, salta a la vista que los maestros artesanos que los labraron tenían conocimientos suficientes en lo que a madera se refiere −prosigue la Dra. Míshkova– . Conocían muy bien sus propiedades y cualidades, por esto los sellos están en muy buenas condiciones, a diferencia de los elaborados bastante más tarde. En este último caso, es obvio que los conocimientos están ausentes y simplemente fue utilizado un trozo de madera cualquiera que sigue siendo un trozo carente de alma; es difícil que se pueda usar para una impresión de buena calidad y es de una durabilidad insuficiente.
En el pasado, los sellos de prósforon se heredaban, generalmente por el hijo primogénito. Además, existen prácticas cuando el sello quebrado por la antigüedad se repartía entre los hijos en la familia porque se creía que incluso una partícula de aquél poseía gran poder. Pese a que los detalles de la impronta ya no son tan nítidos, conservar el sello es una muestra de la forma en que la gente percibía este objeto, de la santidad que se le atribuía.
La situación no es la misma con respecto a los sellos canónicos.
Según la Iglesia, el sello es un objeto sagrado, y cuando empieza a ser pegajoso y trabajoso de usar es obligatorio quemarlo, de lo contrario podría ser ultrajado, comenta la Dra. Míshkova. Esto explica por qué en la mayoría de los templos y monasterios búlgaros no hay conservadas ricas colecciones de sellos.
En muchos países europeos se siguen usando sellos de pan –apostilla la Dra. Iglika Míshkova– . Hay regiones donde el conocimiento sobre el sello de prósforon se ha conservado pero éste se usa para estampar mantequilla. Aunque en Bulgaria el sello de prósforon ha ido desapareciendo poco a poco, en varias zonas del país la gente todavía recuerda para qué se usa. A veces, la gente suele acordarse que en algún armario antiguo hay semejante pieza guardada por abuelas y bisabuelas. Algunos las donan al respectivo museo, otros deciden atesorarlas como valiosa reliquia familiar, concibiéndolas como patrimonio cultural. Y es que realmente lo son.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal y dveri.bg
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