A finales de cada año calendario se suelen establecer, por tradición, recuentos de lo que se ha hecho y lo que cabe esperar, como mejoramiento, en los próximos 12 meses. El año 2019 será un año de elecciones y este hecho tienta a los políticos a que hagan más y más promesas. Estas promesas alimentan las esperanzas, sobre todo de la parte que trabaja de la población búlgara, de que los ingresos por concepto de sueldos se verán incrementados de manera justa y real, de que la tasa inflacionaria se mantendrá baja y que los impuestos y cánones seguirán a los niveles que han ostentado durante el año.
La noticia de que subirán un 10 % los sueldos de las personas ocupadas en el sector público y que los salarios de los maestros y profesores de escuela aumentarán casi un 20 %, ha `provocado descontento en el seno de los empleadores nacionales. Nuestra sociedad está recogiendo ahora los frutos del incremento desmesurado del salario mínimo interprofesional en determinados sectores en 2018.El crecimiento sostenible de los sueldos sólo se ha de vincular con el logro de determinados objetivos, opina Tsvetan Simeonov, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Bulgaria.
En el sector de la Educación se está viviendo con la idea de que con el aumento de los sueldos aumentará asimismo la calidad de la formación de los estudiantes que egresan. Esto no es así y puede resultar que un 40 % de quienes culminen sus estudios preuniversitarios en 2019 sean personas analfabetas funcionales. Algunas empresas incluso han comenzado a formar y a preparar ellas mismas a su personal. Inician esta formación después del octavo grado de la segundaria, con el fin de poder preparar en tres años a unos buenos técnicos .Sin embargo, están afrontando enormes dificultades puesto que resulta que los propios profesores que deben impartir asignaturas técnicas a los educandos deben iniciar la formación por clases de escribir y leer. Les desagrada reconocerlo pero así lo muestra la práctica en algunas regiones del país.
Tsvetan Simeonov ofreció el pasado fin de semana datos de un sondeo económico de envergadura, efectuado en 45 000 empresas de 26 países europeos, entre las cuales hubo 500 de Bulgaria. En este estudio se analizan las dificultades que afrontan las empresas en su actividad, los beneficios que consiguen por concepto de actividades desarrolladas nacional e internacionalmente, sus intenciones de invertir y contratar persona, como también sus expectativas de cara al entorno empresarial en el determinado país. En lo que toca Bulgaria trasciende que los empresarios esperan que 2018 sea un año mejor. Más de la mitad de los encuestados auguran aumentos de sus ingresos, y apenas un 10 % estima que el entorno empresarial se irá deteriorando. La tasa inflacionaria anual estimad es de un 3 a un 4 %, y el déficit previsto de un 0,5 % en el Presupuesto Público resulta más bien simbólico, señalan los empresarios. Persiste como el problema más importante para las empresas búlgaras encontrar trabajadores de adecuada preparación. Descuella como deficiencia de peso también la disparidad en la situación económica en las diferentes regiones del país. Las empresas del norte de Bulgaria se muestran insatisfechas ante la falta de buenas autovías que faciliten la movilidad y esto las coloca en una situación desaventajada frente a las empresas del sur del país.
Las empresas búlgaras van valorando de manera cada vez más precisa lo que ocurrirá a corto plazo y tienen expectativas realistas, en comparación con las empresas que se operan en los terrenos respectivos del resto de países, considera Tsvetan Simeonov, y continúa:
Los empresarios y los inversionistas andan muy atentos y van observando detenidamente la situación. Hasta unas declaraciones hechas por partidos políticos opositores son capaces de repercutir inmediatamente en las intenciones de los inversores en potencia. Contamos con información de que algunos empresarios van posponiendo sus inversiones en Bulgaria por la intención manifestada de implementar baremos tributarios progresivos, que es algo que dispararía sus gastos. Sin un análisis correcto y a fondo, para nosotros no es razonable ni siquiera tratar de reducir el IVA que grava determinados bienes de consumo y servicios. Los gastos incrementados en trabajo constituyen el peligro máximo, recogido en el sondeo de los empresarios. En los precios de la energía y las materias primas ha comenzado incluso una bajada de los mismos. Los empresarios sienten en los mercados exteriores una preocupación menor a la que experimentan en Bulgaria. Como representantes de los empleadores seguiremos insistiendo en un mecanismo para la determinación del salario mínimo interprofesional y en el abandono de las cotizaciones mínimas a la seguridad social y sanitaria. Nuestras discrepancias con los gobernantes van en aumento también por el incremento irreal del salario mínimo interprofesional.
Versión en español por Mijail Mijailov
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