En la Agencia Estatal de Archivos de Sofía se ha inaugurado una exposición titulada "El espacio infinito de la mente humana". La exposición muestra la vida y obra de un distinguido erudito estadounidense, el profesor Widen Tabakoff (1919-2015), nacido en el pueblo búlgaro de Stakevtsi, en Belogradchik. Tabakoff estudió Ciencias Técnicas en Praga entre 1938 y1942, y luego hizo un doctorado en el Instituto Politécnico de Berlín, donde se graduó en 1946. Durante un breve tiempo trabajó con el famoso científico y diseñador Wernher Von Braun, cuyos desarrollos militares impulsaron la labor espacial y aeroespacial en el mundo tras la Segunda Guerra Mundial.
Entre 1948 y 1956 Widen Tabakoff vivió en Argentina, donde trabajó en la creación de motores a reacción, y desde 1958 hasta el final de su vida trabajó en Estados Unidos. Participó en el Programa Espacial Estadounidense, mientras enseñaba e investigaba en la Universidad de Cincinnati, Ohio.
Debo admitir que me sorprendí cuando llegaron los documentos de la labor verdaderamente única de este hombre y de su vida, sobre lo que, por desgracia, hasta hace poco en Bulgaria no se sabía nada, o casi nada, dijo en la inauguración de la exposición el prof. dr. Mihail Gruev, presidente de la Agencia Estatal de Archivos. Esperamos que la sociedad búlgara conozca más detalles sobre esta persona, sobre la que vale aprender. Salir de un pequeño pueblo de montaña y llegar a las alturas del Espacio y de las tecnologías más modernas del mundo que impulsan a la Humanidad hacia adelante, es en realidad un ejemplo digno de que se hagan películas y se escriban libros. Y todos nosotros, los búlgaros, tenemos motivos para estar orgullosos.
En cuanto al papel de este búlgaro en el programa espacial de EEUU, la tarea del profesor Tabakov era observar la creación de aleaciones de alta tecnología que pudieran resistir las altas temperaturas y la corrosión, explica Dimitar Popov, jefe de expertos de la Agencia Estatal de Archivos. Esas aleaciones son un punto clave en la creación de lanzaderas espaciales con las que se ponen en órbita las naves espaciales “Apolo”, y en este sentido el mérito de Tabakoff es enorme.
Su trabajo ayudó a enviar al primer hombre a la Luna. Ese mismo hombre, Neil Armstrong, más tarde daría clases con el profesor Tabakov en la Universidad de Cincinnati. Es difícil pensar en una mejor historia para ilustrar la estrecha relación entre Bulgaria y Estados Unidos, dijo en la inauguración de la exposición Eric Rubin, Embajador de Estados Unidos en Bulgaria. Su trabajo con sus alumnos no era menos importante. Durante su larga carrera fue un mentor para cientos de estudiantes, muchos de los cuales han logrado a su vez grandes cosas en el campo de la ingeniería aeroespacial (...) En su nombre se estableció una beca, y me alegra que el próximo Widen Tabakoff, esté donde esté, pueda algún día estudiar, crear y construir el futuro de Bulgaria.
Aunque la labor de Tabakoff en el Instituto Nacional de Investigación Aeronáutica y Espacial (NASA) era secreta, tiene más de 400 publicaciones científicas publicadas. Al profesor le gustaba decir que retirarse a los 65 años era un desperdicio de habilidades y conocimientos, por lo que enseñó hasta los 90 años, y su última publicación se publicó en 2017, dos años después de su muerte.
El profesor Widen Tabakoff permanecerá en la historia de la ciencia como un investigador en áreas tecnológicas líderes: cohetes, turbinas, aerodinámica, combustible para cohetes, erosión, vuelos espaciales y más, dice Dimitar Popov. Tabakoff creó en la Universidad de Cincinnati un Laboratorio para el estudio de motores y dinámica de gases, que desde 2009 lleva su nombre. En 2014, Widen Tabakoff fue nombrado Profesor Honorario de la NASA, honor que ha sido otorgado a muy pocos especialistas naturalizados estadounidenses.
La exposición se ha organizado con el apoyo de la fundación “Visión para el crecimiento de la Ciencia y la Tecnología” y se podrá ver hasta el 8 de octubre.
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