La animación es un arte libre al que se dedica un gran número de autores interesantes, y cada uno de ellos posee un estilo propio –dice el Prof. Henri Kulev, uno de los organizadores del foro–. Este año, en la categoría de largometrajes intentamos de no enfocarnos en las búsquedas formales especiales, sino en las cosas que son familiares para el espectador. En Europa, las grandes cinematografías que conservaron su estructura estatal producen muchas películas para niños. Uno de esos países es Rusia, así como Francia, España y Alemania… Por no hablar de China, donde la animación se tiene en gran estima.
Además de la programación cinematográfica, el certamen ofreció numerosos eventos paralelos.
Hubo una serie de iniciativas que precedieron el Festival como, por ejemplo, la presentación del libro de Yuri Lázarov, titulado El tío Veso El Ovalado... otra vez –prosigue Henri Kulev– . Luego inauguramos una exposición de dibujos animados hechos por estudiantes de la Nueva Universidad Búlgara. Creo que esta muestra debería convertirse en tradicional porque para la nueva generación de animadores sería bueno darse a conocer temprano en el escenario profesional. Después presentamos otra exposición, ya tradicional: El tebeo belga, sexagésimo aniversario de Los Pitufos. El primer programa del Festival comenzó con la proyección del cortometraje Ethno de la estudiante universitaria búlgara Elitsa Kostadínova. El segundo día inició el taller para niños. La animadora francesa Karin Miralles de nuevo vino al Festival. Ella trabaja con dos grupos de niños: los unos, en posición desfavorecida, y los otros, pensadores y animadores de muy corta edad.
Bulgaria fue presentada en el evento por siete cintas.
La coproducción de Bélgica, Francia y Holanda, llamada Este magnífico pastel, se llevó el Gran Premio.
La película rusa Dos tranvías recibió el premio a la Mejor Película Infantil.
En la misma categoría, el Premio Especial fue para otra película rusa, traducida como Trompita.
El filme iraní El zorro fue distinguido con el galardón al Mejor Cortometraje.
Estamos orgullosos de que el jurado fue integrado por animadores, productores y directores de cine talentosos –comenta Henri Kulev–. El polaco Mariusz Wilczynski es un gran nombre en el ámbito del cine animado. Sergei Merinov también es un nombre íconico a nivel mundial en nuestro mundillo. Organizará un taller para los estudiantes de la Nueva Universidad Búlgara, luego dará otro en el pueblo de Varvara.
La historia del Festival Mundial de Cine de Animación de Varna comenzó a fines de la década de los 70. En 1989, cuando en Bulgaria empezaron los cambios democráticos, el foro fue cancelado. En 2011 fue restablecido por un grupo de docentes y estudiantes de la Nueva Universidad Búlgara que encontraron respaldo en el Ministerio de Cultura, el Centro Nacional de Cinematografía, la Televisión y la Radio Nacionales de Bulgaria y en el Ayuntamiento de Varna. Seguiremos trabajando para desarrollar el Festival porque la tradición, una vez perdida, es difícil de recuperar, dice, en conclusión, el Prof. Henri Kulev.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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