Según la psicología de Jung si logremos sobreponernos a la confrontación entre el lado oscuro y el lado luminoso en nuestro fuero interno, podremos curar nuestras almas. Y es que en la vida, al igual que en los cuentos, la batalla entre el Bien y el Mal es parte invariable de nuestro día a día. ”La enfermedad proviene justamente de ahí, del momento en que aceptamos una de estas dos cosas y nos empeñamos en rechazar la otra”, dice Silvia Marinova, psicoterapeuta que está curando la zaherida psique humana con la ayuda de los cuentos.

La idea para esta terapia nada tradicional que va cobrando popularidad cada vez mayor granjeándose un número cada vez más nutrido de partidarios, se gestó en Silvia primero como una necesidad interior y la sensación de que en los cuentos existe un pábulo bastante copioso para el alma. Esta necesidad, compartida, provoca un aumento de esta riqueza para todos los participantes e incluso para quien organiza esta terapia.

Cuando el tratamiento transcurre en forma de un seminario, los asistentes se van desvinculando de la vida real por medio de las imágenes en el respectivo cuento para sumirse en la inmensidad de sus almas.

“Después suele producirse un período práctico en el que los participantes, tras haber tenido sus vivencias con estas imágenes, ya cuentan con la posibilidad de sacarlas afuera, en forma de alguna actividad, o sea trabajando con plastilina, dibujando, entre otras formas artísticas, dice Silvia Marinova.

Hablamos sobre esas imágenes y esto les permite a los participantes relacionarse con sí mismos, comprobar cómo estas imágenes están viviendo en su fuero interno. El seminario es una forma ,quizás, más rica en vivencias porque permite que en el marco de unas 3 a 5 horas uno se suma en las imágenes y en su mundo interior y extraiga lo que necesite en ese momento como vivencia y converse con su alma a través delos personajes del respectivo cuento.”

Muy a menudo las personas se relacionan con una imagen concreta, y las reacciones ante ésta muestran cuál es la necesidad inconsciente de incorporar esta imagen a su fuero interno. Se empieza por conocer cuál es el cuento favorito-o el más detestado-cuáles son los personajes que han dejado su impronta en su conciencia infantil y si luego han cambiado. Es que, según las observaciones de Silivia Marinova, la trama y los personajes del cuento preferido leído en la infancia, van cambiando con el tiempo. Esto pone de manifiesto cómo el niño había interpretado la historia y cómo ésta se había grabado en su conciencia. Cuando en la edad madura uno lee el cuento puede conectarse con su mundo espiritual y ver aspectos que se habían quedado “tapados”.

“Uno se siente por lo general más vivaz y más relacionado con sí mismo, dice Silvia. Parece que despiertan en uno ciertas fuerzas creativas que le permiten descubrir nuevas soluciones para las situaciones en la vida por las que esté atravesando. Lo importante es que este análisis de símbolos se asocie a la situación que actualmente esté viviendo uno. Se ha comprobado que los cuentos ayudan incluso en los casos en que son leídos sin ser analizados. Hay proyectos de lectura de cuentos con personas con problemas y trastornos psíquicos. Jung ve en los cuentos, los mitos y los sueños el efecto terapéutico de la psique que llevamos dentro. Tanto en los cuentos como en la teoría de Jung la faceta central es la personalidad integral. En el ser humano existen todos los aspectos de lo que había existido antaño y de lo que persistirá en la naturaleza humana. Mientras más integramos estos aspectos más independientes nos volvemos del mundo exterior y, al mismo tiempo, somos parte de éste. Se llega a esto a través de un proceso natural de comunicación “dentro-fuera” que le permite a uno sentirse individual y, al mismo tiempo, ser capaz de sobreponerse a estas individualidad para vivir en conformidad con el mundo tal y como es. Desaparece así esa resistencia violenta a las deficiencias e imperfecciones en la vida ya que uno las siente en sus entrañas, sabedor del camino que ha tenido que recorrer para aceptar estas deficiencias y volverse un poco mejor que lo que es”.

Frecuentemente despreciamos los cuentos ya que creemos que éstos se destinan a los niños y es que realmente obran milagros en la pisque infantil. Sin embargo, es importante que a los niños se les lean cuentos sin que miren las imágenes para que así puedan construírselas ellos mismos en su conciencia. Respecto a los adultos hay que decir que éstos no deben olvidarse de que los niños que llevan en su fuero interno también tienen sus necesidades de escuchar historias envueltas en el simbolismo de los cuentos.

Versión en español por Mijail Mijailov