Desde este año Sofía tiene ya su propio lugar mágico y especial donde, de forma divertida, los niños aprenden complejos conocimientos científicos, a plantear preguntas, a buscar las respuestas y a convertirse en descubridores: TechnoMagicLand. El objetivo de este centro es inspirar en los niños interés por la ciencia y la tecnología, ayudarles en su preparación para las llamadas “profesiones del futuro” aplicando métodos para ofrecerles un encuentro fascinante con cuatro áreas específicas:

“Se trata de las ciencias exactas, tecnología, ingeniería y matemáticas. En las presentes exposiciones, al menos un tercio de las cuales se actualizarán anualmente, se cubren física, matemáticas, informática, y con las demostraciones que se realizan, también química, y tecnologías modernas tridimensionales con las que los niños de hoy se realizarán, y a las que por tanto deben acostumbrarse desde ahora como algo conocido y dominado: impresoras 3D, escáneres 3D, realidad virtual…”, explica el creador del proyecto, Ognyán Trayanov.

Aquí los niños aprenden jugando cómo montar un ordenador y crear un programa informático, cómo convertir una señal analógica en digital y cómo se codifica esa señal digital, aprenden sobre la capacidad del metal para recordar la forma.

Ognyán Trayanov explica qué le motivó a crear este centro de aprendizaje para niños:

“Por un lado, obtuve inspiración y motivación de centros similares por el mundo. Por el otro, analicé racionalmente los motivos de la falta de interés hacia las tecnologías y las ciencias exactas, de que falten alumnos que deseen estudiar esas disciplinas, de la falta de interés en las escuelas de formación profesional, y llegué a la conclusión de que hacía falta crear un centro como este”.

La idea no ha obtenido apoyo por parte del Estado, pero sí le tendieron una mano empresas privadas. El principal grupo de edad al que se dirigen las instalaciones del centro son niños de entre 7 y 14 años, dice Trayanov, y puntualiza:

“Esperábamos que alrededor de un tercio de los visitantes fueran adultos, y dos tercios niños. Sin embargo, para nuestra sorpresa recibimos visitas de ambos grupos de edad por igual. Incluso vienen adultos sin niños. Por lo tanto, el concepto de “centro infantil” empieza a desvanecerse”.

El amplio espectro de los visitantes es un gran desafío que el equipo de TechnoMagicLand supera con éxito. Testigo de ello es la participación activa y la experiencia conjunta entre padres e hijos en el uso de las instalaciones o en las demostraciones científicas realizadas por el personal del centro. Y como señala Ognyán Trayanov, nuestros recuerdos más intensos de la infancia son precisamente los momentos que pasamos con nuestros padres, cuando nos muestran algo y vivimos la experiencia con ellos. Si los niños y los padres experimentan alguna dificultad al llevar a cabo las distintas tareas que se ofrecen en las instalaciones de TechnoMagicLand, acuden amablemente en su ayuda los “tecnomagos”, el personal del centro, que tienen envidiables conocimientos científicos y un buen enfoque hacia los visitantes.

“Por un lado tenemos un amplio rango de edad de los visitantes y distinto grado de preparación. Por el otro, debemos mantenernos atractivos e interactivos para conservar la atención de los visitantes, pero a la vez que haya equilibrio de conocimientos. Es decir, que este lugar les enriquezca con intereses y conocimientos. Al añadir el desafío de que todos los experimentos por cuenta propia deben ser seguros para los niños, la tarea es aún más compleja, pero creo que hemos encontrado un buen equilibrio: eso opinan los visitantes”, asegura Trayanov.

A partir de este otoño a las demostraciones de química se añadirán otras de física. Ya se ha preparado un arsenal de 96 experimentos excepcionalmente interesantes en el ámbito de la física. Pronto se enriquecerá la exposición con temas como arquitectura y bioinformática, nuevos materiales, interesantes conclusiones clave que nos cambiarán la vida. Y una vez se prende la chispa del interés por los conocimientos científicos, el descubrimiento y el deseo de adquirir conocimientos prácticos, se puede mantener en el centro mediante cursos y talleres diseñados para diferentes grupos de edad.

Versión en español por Marta Ros