La compañía de seguros chipriota “Olympic” se ha declarado en quiebra y se ha quedado sin licencia. También ha anunciado su quiebra la filial que ésta tenía en Bulgaria. En realidad, no se sabe cuál de las dos quiebras ocurrió primero, puesto que la actividad fundamental de la aseguradora chipriota se desarrollaba precisamente en Bulgaria. A consecuencia de esto, más de 200 000 coches búlgaros se han quedado sin el seguro obligatorio “Responsabilidad Civil” e igualmente han sido perjudicadas numerosas empresas, entre las cuales también figuran algunas del sector público, que tenían contratos suscritos con los chipriotas. Éstos no parecen ser precisamente chipriotas, sino más bien españoles, pero en este terreno las cosas no andan muy claras.

Por ley, todos los aseguradores en Bulgaria están siendo observados y vigilados por la independiente Comisión de Supervisión Financiera, CSF, elegida por el Parlamento. También por ley, esta Comisión no tiene prerrogativas para supervisar las filiales de compañías de seguros extranjeras de países de la UE porque sus casas matrices se encuentran en otro país europeo, en el cual no están al alcance de los organismos reguladores locales. Además de no estar sujetas a control, para abrir tales filiales en el país no necesitan de ningún tipo de licencia o autorización, y únicamente basta con que la casa matriz notifique su intención a la Comisión de Supervisión Financiera. Todo esto significa en la práctica que pasará bastante tiempo hasta que las personas aseguradas en esta compañía puedan obtener las indemnizaciones que les correspondan del Fondo de Garantías chipriota, puesto que se espera en lo sucesivo la resolución del tribunal de Limasol que dictaminará la liquidación de la “Olympic” y se procederá después a la transferencia del dinero al Fondo de Garantías de Bulgaria. Mientras tanto, las personas perjudicadas deberán contraer y pagar urgentemente sus nuevos seguros.

Este fracaso de la aseguradora chipriota en Bulgaria ha desatado reacciones y escándalos inauditos para semejantes situaciones, las cuales hasta han superado, en algunos sentidos, el pánico provocado por la quiebra en 2014 del Banco Comercial Corporativo, cuarta entidad bancaria más importante en Bulgaria. Las cosas se caldearon hasta el punto de que en plenas vacaciones de verano, el Parlamento fuera convocado con premura para celebrar una sesión extraordinaria reclamada por el opositor Partido Socialista Búlgaro, mientras a la CSF entraban para iniciar una investigación agentes de la Agencia Estatal para la Seguridad Nacional y de la Fiscalía. Éstos deberán establecer hasta qué punto la Comisión de Supervisión Financiera había supervisado a la malograda aseguradora chipriota, qué tipo de medidas había tomado para apuntalar su estado financiero y qué había hecho para proteger a los clientes de la compañía.

En este contexto, el primer ministro de Bulgaria, Boiko Borisov, expresó que el Ejecutivo ayudará en la solución del problema pero lo hará sin asumir compromisos financieros. Reclamó asimismo que el Parlamento destituyera de la CSF a Ralitsa Agayn, vicepresidenta de esta Comisión, encargada de las sociedades aseguradoras, y también solicitó la formación de un grupo de trabajo con vistas a buscar formas para resarcir a los automovilistas búlgaros perjudicadas por la quiebra de la “Olympic” .Agayn depositó personalmente su dimisión y ésta fue aceptada por el Parlamento. Ekaterina Zajarieva, ministra búlgara de Exteriores, mantuvo una urgente conversación con el embajador de Chipre en Bulgaria e insistió en la celebración con premura de una reunión de expertos chipriotas y búlgaros que encuentren una salida del impasse de la crisis financiera de los seguros.

Todavía cuesta determinar en quién recae la culpa por el descalabro de la aseguradora chipriota. Las dudas están girando alrededor de los borrosos dueños fantasmas de la “Olympic”, quienes, según los rumores que corren, podrían ser testaferros de una conocida compañía de seguros búlgara. Otros estiman que el dueño oficial de la aseguradora “Olympic”, un ciudadano español, presintiendo el fracaso de sus planes, se habría ido oportunamente de Chipre a Gran Bretaña. Un buen número de observadores y expertos agregan que una buena parte de la culpa por la quiebra de la aseguradora también recae en las propias personas aseguradas que, tentadas por los bajos precios de la pólizas de la “Olympic”, no habrían ponderado en su justa medida los riesgos y las consecuencias que podría tener una política de precios irrealmente bajos.

Las autoridades búlgaras consideran que su impotencia ante el caso “Olympic” se debe, en gran medida, a las deficientes legislaciones búlgara y europea en la esfera de los seguros. Por esta razón, personalidades oficiales han insinuado que pronto será planteado el asunto relacionado con cambios en las directivas europeas y en el Código de Seguros de Bulgaria.

Versión en español por Mijail Mijailov