Las personas tentadas por la historia saben que en la República de Tartaristán −que forma parte de la Federación Rusa− viven los descendientes de la Bulgaria del Volga. Los tártaros descuellan por laboriosidad y la precisión en el trabajo y por esta razón la calidad de vida en la capital del país Kazan es superior a la que existe en el resto de las repúblicas de la citada federación. Los habitantes de Tartaristán conservan sus tradiciones búlgaras y cada año reciben jubilosos la fiesta Sabantuy, celebrada en cualquier punto del mundo en que exista una comunidad de los búlgaros del Volga.



La festividad tiene una tradición de más de mil años y casi no ha ido cambiando con el transcurso de los años. Se llama, además, “Fiesta del arado” y se conmemora el primer domingo del mes de junio. Se organiza tan pronto como concluya la siembra y el jolgorio es obligado: siempre se entonan canciones, se prepara la comida más sabrosa, se organizan competiciones deportivas con la esperanza de que maduren bien los cultivos y sea copiosa la cosecha.



La celebración de Sabantuy ha sido trasladada asimismo a Sofía por la asociación “Búlgaros del Volga” e invitados suyos procedentes de Kazan, quienes cada año arriban a Bulgaria para reunirse con sus compatriotas.



Entre los participantes de actuación más colorida y vistosa este año estaban los representantes del “Parque Histórico”, en las afueras de la ciudad de Varna. Se trata de una nueva villa de atracciones que ofrece a los turistas la oportunidad de asomarse a la historia viviente, las costumbres militares y la vida cotidiana de nuestros antepasados. Especialmente para la fiesta, celebrada el domingo pasado en uno de los parques de Sofía, se ha creado una vivienda nómada protobúlgara auténtica de la Alta Edad Media. En aquella época la yurta ya iba cobrando su forma definitiva que después casi no ha cambiado hasta nuestros días. La zona en la que se puede ver, en principio, nuestra yurta es en la aldea Neofit Rilski, en la zona del asentamiento neolítico allá, explica Milen Petrov, representante de la villa de atracciones “Parque Histórico”.

Integran nuestro grupo 10 personas reunidas en la Asociación “Grandeza” que tiene por objetivo ensalzar las tradiciones guerreras búlgaras. A los efectos de las reconstrucciones que hacemos, recopilamos información de fuentes fidedignas. Se trata, en primer lugar, de hallazgos arqueológicos, datos de fuentes, de fuentes escritas sobre los protobúlgaros −de cronistas bizantinos, armenios, sirios− como también de dibujos conservados en crónicas, miniaturas, frescos, pinturas murales. Tras una selección y análisis atentos de los materiales procedemos a reproducir lo que desea ver nuestro público. Por lo general se trata de competiciones ecuestres, torneos de lucha y técnicas de caza, pues la caza fue una de las formas de sustento de nuestros ancestros.



Por haber sido motivada nuestra estancia en Sofía por la fiesta de los búlgaros del Volga, hemos considerado que en aquella época los búlgaros, en su mayoría, llevaban una vida de ganaderos. Por esto hemos preferido reproducir su vivienda nómada hecha de lana, cuero y madera. Esta vivienda nómada es portátil y desmontable y les servía tanto a los militares en campaña como a los propios ganaderos que se movían y vivían con sus rebaños. También tuvo su uso en grandes éxodos de los pueblos, causados sobre todo por desastres naturales o por invasiones de otros pueblos. Por esto la vivienda nómada es un elemento muy importante característico de la vida y costumbres de nuestros antepasados. La yurta ha existido desde la más remota Antigüedad como elemento sustancial de la vida de los pueblos orientales y en los diferentes períodos ha tenido estructuras distintas. En su construcción siempre está presente la madera y la cobertura puede ser de corteza de abedul, pieles de ciervo, lana, según el tipo de los animales criados.

La villa de atracciones “Parque Histórico” estará lista en su forma definitiva en la primavera de 2019. Según la idea, en ese recinto se podrá rastrear la prehistoria búlgara desde el Neolítico hasta la Edad Media. Se exhibirán muestras alusivas a la vida y costumbres de protobúlgaros y eslavos.



El “Parque Histórico” ocupará un área de 14 hectáreas y, aparte de la exposición, se habilitarán una calle de oficios artesanales y unas instalaciones de equitación. La villa está concebida como un complejo histórico y cultural al que los visitantes acudirán para familiarizarse con épocas distintas de la historia y, al mismo tiempo, para divertirse, por ejemplo, en el área acondicionada para el tiro con arco. Podrán asimismo hacerse al final fotos con los anfitriones del parque quienes resucitarán oficios artesanales ya desaparecidos luciendo indumentaria tradicional para las tierras búlgaras durante el Medioevo.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal, BTA y chernomore.bg