Uno de los días más celebrados en el calendario festivo de Bulgaria, el 24 de mayo, es el Día de las Letras, del alfabeto búlgaro, creado en la segunda mitad del siglo IX. Este día nos hace retroceder varios siglos, recordándonos una herencia que iluminó con su luz espiritual tierras y culturas. En los días previos al 24 de mayo, en la Academia Búlgara de las Ciencias se inauguró una exposición sobre los alfabetos búlgaros, ya que el alfabeto búlgaro moderno no surgió de un día para otro. La Prof. Elka Mircheva, del Instituto de Lengua Búlgara de la Academia Búlgara de las Ciencias, explica:
El alfabeto búlgaro es una de las cosas de las que fundadamente podemos enorgullecernos, por varias razones. La más básica nos lleva a la obra de Cirilo y Metodio, y al hecho de que crearon un alfabeto original, completamente nuevo, basado en el dialecto que conocían mejor. Eran oriundos de Salónica, ciudad que en aquella época estaba densamente habitada por una compacta población búlgara que hablaba un dialecto búlgaro oriental, similar al de los Ródopes. Así, ellos tomaron este dialecto como base para el alfabeto que deseaban crear. Una contribución excepcional, que nadie ha logrado después de ellos, fue que lograron hallar una letra determinada para cada sonido. De ese modo consiguieron cubrir las características específicas de la lengua búlgara.
La Prof. Mircheva cita a Cernorizec Hrabar, un monje y escritor búlgaro de finales del siglo IX - principios del X, según el cual, durante mucho tiempo los eslavos escribían con trazos simples y tallados, probablemente runas. Tras ello empezaron a usar letras latinas y griegas. Pero el monje se preguntaba: "¿Cómo se pueden escribir con letras griegas palabras como "vida", "amplitud" o "Dios"?".
Se pueden señalar muchos ejemplos similares, porque en griego faltan algunas vocales y consonantes típicas del búlgaro y otros idiomas eslavos. Surgen dificultades parecidas al utilizar el alfabeto latino. Y actualmente una serie de naciones eslavas y europeas utilizan distintas variantes del alfabeto latino adaptadas a sus idiomas. Algunas letras latinas tienen dos o tres variantes (con símbolos adicionales) para indicar distintos sonidos. El alfabeto conocido como "glagolítico" es el primer alfabeto del búlgaro antiguo y del eslavo, y se corresponde con los sonidos que pronunciaban los eslavos. La contribución búlgara es que se creó sobre la base del habla búlgara, señala la profesora Mircheva.
A menudo se oye que Cirilo y Metodio no escribieron el alfabeto eslavo más antiguo, el glagolítico, para los búlgaros, sino para los eslavos de Moravia, por encargo del príncipe Ratislav, y que nunca llegaron a pisar Bulgaria.
Todas estas cosas son ciertas en gran medida, pero puestas una tras la otra, niegan la contribución búlgara al mismo comienzo de la escritura eslava. Cirilo y Metodio realmente partieron como diplomáticos y misioneros, dice la Prof. Mircheva. En aquella época de la Edad Media política y espiritualidad estaban estrechamente relacionadas. Además de ser clérigos eran también políticos que viajaron a Moravia con un propósito concreto. En esa época Constantinopla y Roma luchaban por la supremacía en una Europa que se iba cristianizando paulatinamente.
La Iglesia aún no se había dividido, pero la rivalidad era visible. Entre los eslavos de Moravia predicaban en latín clérigos alemanes. En Constantinopla, sin embargo, entendían mejor que la palabra de Dios debía ser comprensible, lo cual era importante desde un punto de vista político. Y Bizancio, hasta cierto punto, se inclinaba a permitir que los idiomas hablados llegaran a las almas y los corazones de millones de personas recién convertidas al cristianismo. La Misión en Moravia (863-885) de Cirilo y Metodio fue en gran medida infructuosa, y finalizó con la muerte de san Metodio en el año 885. San Cirilo falleció en el año 869. Sus discípulos fueron expulsados y, de una u otra forma, acabaron en territorio búlgaro. Tres de ellos, Clemente, Naum y Anguelari, llegaron al río Danubio y fueron recibidos calurosamente en Bulgaria por el recién bautizado rey Borís, cuenta la Prof. Mircheva. Obtuvieron apoyo, que era una política estatal por su aportación extraordinaria al desarrollo del alfabeto eslavo, la literatura y la cultura.
Con el apoyo del rey Borís y de sus sucesores, los reyes Simeón y Petar, la lengua búlgara pasó de ser un dialecto a un lenguaje literario. Sin esa política estatal, la obra de san Cirilo y san Metodio habría quedado reducida a una misión fallida en Moravia que no habría dejado huella en la Historia. La contribución de Bulgaria fue la creación del alfabeto cirílico, que era un alfabeto eslavo gráficamente claro y perfectamente aplicable. El glagolítico era extraño a la vista, inusual incluso en Europa Central, y dentro de los límites de la influencia geopolítica bizantina. Y tenía solo una variante en la que se utilizaban las 24 letras del alfabeto griego, mientras que en el alfabeto cirílico se añadieron otras 12 para sonidos eslavos específicos tomados del glagolítico, dice en conclusión la Prof. Elka Mircheva, del Instituto de Lengua Búlgara de la Academia Búlgara de las Ciencias.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: Instituto de la Lengua Búlgara de la Academia Búlgara de las Ciencias
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