El Archivo Estatal Ruso de Documentos Fotográficos y Cinematográficos atesora un millón y medio de documentos fotográficos, aproximadamente, que presentan diferentes acontecimientos tanto de la vida en el Imperio Ruso, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la Federación de Rusia, como de la historia mundial. La Guerra Ruso–Turca de 1877–1878, libertadora para Bulgaria, también está reflejada en sus fondos.

Guardamos un total de 19 negativos fotográficos que ofrecen imágenes de la Guerra Ruso–Turca –dice Rimma Moiseeva, subdirectora del Archivo– . También tenemos 8 álbumes de fotos con un total de 629 instantáneas, publicados en aquél período.

Una parte de estos álbumes provienen del archivo del Palacio de Invierno de San Petersburgo.

Los acontecimientos grabados en las imágenes dan una idea tanto del comando ruso: los generales Skóbelev, Gurko y Dragomirov entre otros, como de los soldados rasos de la época de la Guerra Ruso–Turca en Bulgaria –prosigue Rimma Moiseeva– . Un lugar especial está dedicado a las armas y las fortificaciones construidas por las tropas rusas en las hostilidades. También disponemos de fotos dedicadas a la construcción de líneas ferroviarias en Bulgaria.

Las fotografías de los álbumes del Archivo Estatal Ruso dan una idea inclusive de las operaciones militares, del cruce del río Danubio por las tropas rusas, así como de las batallas de Nikópol, del pico de Shipka y de la batalla definitiva por la ciudad de Pleven.

De esas fotos obtenemos una imagen bastante completa de la Guerra Ruso–Turca y las batallas libradas en Bulgaria –explica Rimma Moiseeva– . Además disponemos de documentos fotográficos relacionados con los primeros auxilios médicos como el tratamiento de los heridos, los hospitales de sangre, etc. Son muy interesantes las fotos que muestran a los refugiados turcos en Sofía, la captura de las tropas turcas, grupos de turcos hechos prisioneros.


En otras han quedado grabados los retratos de sacerdotes ortodoxos, liturgias, víctimas de la guerra, la recogida de los cadáveres después de la caída de Pleven.

Una parte de las fotografías permiten al espectador sumergirse en la rutina diaria de los soldados como, por ejemplo, la lectura de las cartas de sus seres queridos o la forma de llenar su tiempo libre entre las batallas. Estos valiosos documentos fotográficos son "una parte integral de la historia de Rusia pero también de la de Bulgaria ya que revelan cómo rusos y búlgaros han luchado hombro con hombro –enfatiza la Subdirectora del Archivo Estatal Ruso de Documentos Fotográficos y Cinematográficos– . Son acontecimientos que permanecen en la memoria del pueblo, y nuestro archivo es un depósito de la verdad histórica sobre ellos. La Guerra Ruso–Turca es parte de la historia común de Rusia y Bulgaria".

Versión en español por Daniela Radíchkova