Protestamos por defender el Parque Nacional “Pirin” pero lo hacemos igualmente contra la corrupción a todos los niveles, contra los políticos dependientes que se niegan a respetar las leyes. Es igualmente una protesta contra la arbitrariedad porque Pirin y su rescate son símbolos de todo esto. En estos términos las organizaciones ecologistas, aunadas en la coalición “Porque se quede naturaleza en Bulgaria” llaman a todos los búlgaros residentes en este país y en el extranjero, amantes de Bulgaria, a sumarse a las acciones de protesta contra la Resolución del Consejo de Ministros del 28 de diciembre de 2017 que ofrece la posibilidad de ejecutar obras de construcción en ese parque nacional. Se reclaman asimismo la dimisión de Neno Dimov como ministro de Medio Ambiente y Aguas que ha propuesto esta decisión, la anunciación del dueño efectivo de la concesionaria “Yulen” S.A. y una auditoría internacional de la concesión con la participación de la sociedad civil.

En respuesta, el ministro Dimov ha asegurado ante los defensores de Pirin que no se construirán hoteles ni instalaciones SPA, sino exclusivamente obras de infraestructura deportiva. Con el cambio en el plan de gestión del parque se abre la posibilidad de que se hagan captaciones de agua para su uso como potable. No obstante ello, los ecologistas opinan tajantes que la decisión del Consejo de Ministros debilita la protección del Parque Nacional “Pirin” allanando el camino a la tala de bosques seculares de picea blanca y negra, de pinos, entre ellos pino blanco, árboles todos ellos viejos de 100 a 500 años. El parque es hábitat de osos, lobos, cabras montesas, raras especies de mochuelos y pájaros carpinteros, como también de más de 70 plantas endémicas, 30 de las cuales sólo crecen allá. Por esta razón, ningún tipo de reforestación compensatoria sería capaz de subsanar los daños provocados por la destrucción de la naturaleza en Pirin. Cabe señalar que se trata, además, del único parque nacional que forma parte de la lista del Patrimonio Natural y Cultural de la UNESCO.

En defensa de este parque han sido depositadas ante el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas más de un millar de posiciones por escrito y se han enviado al mismo más de 10 000 cartas de ciudadanos del mundo entero.

Estamos viendo en decenas de ciudades de Europa, pero también en Australia, cómo ciudadanos búlgaros residentes allá se vuelcan en la calle y organizan por su propia voluntad manifestaciones en defensa del Parque Nacional “Pirin”, que coinciden con las que organizamos en Sofía y en el país, dice Borislav Sandov, ecologista defensor famoso de la naturaleza en Bulgaria. Esto sugiere que la diáspora búlgara aún tiene sensibilidad con respecto a estos problemas y esto es de suma importancia, y si para esta diáspora la protección del Patrimonio Natural y Cultural de Bulgaria sigue siendo una causa, esto significa que este país debe esforzarse mucho más por conservar y popularizar este patrimonio, mantener contactos con los búlgaros residentes en el extranjero quienes aprecian este patrimonio como una parte de su identidad. Espero que precisamente con el respaldo de nuestros compatriotas en el extranjero y de nuestros socios en el Parlamento Europeo se pueda llegar a desentrañar el caso “Pirin”. Entonces cobrarán protagonismo en la orden del día los problemas realmente importantes relacionados con el desarrollo del turismo. En la práctica los servicios para la práctica de esquí son mucho más caros que los precios que rigen en los renombrados centros de montaña europeos, pero los precios por el alojamiento y de los establecimientos de ocio son varias veces inferiores. Bansko se está convirtiendo en barato destino alcohólico, a semejanza del balneario Costa del Sol, a orillas del mar Negro, donde proliferan toda clase de vicios de los que nadie se atreve a hablar.

El desplazamiento del foco de los problemas auténticos, asegurando que se da luz verde a la construcción de un segundo teleférico crea en muchas personas la ilusión de que quienes protestan sean adversarios del desarrollo del turismo de esquí. Forman el grueso personas jóvenes que suelen esquiar o deslizarse en snowboard, hacen senderismo en las montañas y están enamoradas de la naturaleza. Es así por haber rozado en reiteradas ocasiones las formas más crudas de la naturaleza, lejos de las tabernas y de los hoteles de lujo que se van adueñando, pedazo a pedazo, de la naturaleza búlgara.

Bansko fue antaño una tranquila localidad serrana conocida por ser cuna de Paisii de Jilendar, prócer de la Ilustración Nacional, y del poeta Nikola Vaptsarov. De sus casas se desprendía un halo de pulcritud y ambiente acogedor, como en la mayoría de las pequeñas localidades serranas. Para los montañeros era en Bansko donde acababa “la civilización” y se ponían a escalar la segunda cumbre más alta de Bulgaria, el pico Vijren, situado a 2914 metros de altura sobre el nivel del mar.

La gente de la zona que tenía allá su sustento en el turismo local −desarrollado durante todo el año y relacionado con el Monte Pirin− ya no cabe allá, dice Borislav Sandov. Todo esto ha sido provocado por la monopolización del sector turístico y de la zona de esquí. La pequeña y pintoresca localidad, situada entre las montañas Rila, Pirin y Ródope ha perdido su auténtico aspecto con sus casas típicas serranas, comida sabrosa y naturaleza hermosa, y esto es muy lamentable. Bulgaria no puede rivalizar con Los Alpes por la inclinación, altura o longitud de las pistas de esquí. Pirin es una montaña cien veces más chica que Los Alpes y si no ofrecemos una calidad vinculada con nuestra identidad cultural-nacional, trabajaremos contra nosotros mismos. Junto con esto, con la tala de los bosques surgen condiciones para una erosión e inundaciones. Es por esto que, hace algún tiempo, el río Glazne que atraviesa por la localidad, se desbordó y lo anegó todo por sus orillas. Mientras mayor sea la tala, mayores serán los daños causados por inundaciones. Aparece asimismo el riesgo de que haya víctimas humanas.

Se dice que cuando los hechos hablan, los dioses se callan, pero ¿serán capaces los hechos en respaldo de la preservación del monte Pirin de convencer a los políticos para que cambien su decisión? Hay que encontrar un equilibrio entre la protección del medio ambiente y el desarrollo económico, y no un consenso, señalaba unos días atrás Neno Dimov, ministro de Medio Ambiente y Aguas.

Mientras tanto, las protestas continúan.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES