Hoy, 25 de enero, el Parlamento ha rechazado la moción de censura promovida por la coalición “BSP por Bulgaria” contra el Gobierno del primer ministro Boiko Borisov, por su fracaso en la lucha contra la corrupción. Como era de esperar han votado en contra de la moción de censura las fuerzas políticas gobernantes−el partido GERB y la coalición de los Patriotas Unidos−y a sus votos se han sumado los de los diputados por el partido Volya y el de un diputado independiente.
A favor de la moción de censura han votado dos fuerzas políticas: el Partido Socialista Búlgaro, BSP−por sus siglas en búlgaro−р y el Movimiento por Derechos y Libertades, si bien cada una de las dos lo ha hecho por motivos diferentes. Ambas formaciones cuentan en el Зarlamento con un total de 105 votos, y para derrocar a un gobierno es necesaria una mayoría simple de 121.Ha resultado, empero, que estas dos fuerzas no sólo que no han copado para su causa votos de otras fuerzas políticasр sino que no han podido siquiera movilizar por completo sus propios recursos porque en respaldo a la moción de censura sólo han votado 103 de sus disponibles 105 diputados.
De esta manera en la historia más reciente de Bulgaria no ha habido una moción de censura que haya prosperadoр sino sólo tales que han fracasado. Las fuerzas políticas reconocen manifiestamente que recurren a esta argucia para atribuir mayor agudeza o actualidad a determinadas de sus causas pero también en este sentido la moción de censura actual no ha redundado en nada nuevo. Una agencia ha comentado que la votación de la moción de censura se ha reducido a un “debate gratuito para demostrar cuál fuerza política era más corrupta que otra”, mientras otra agencia ha señalado que pasando “por hechos sobre prácticas corruptivas en el bando del enemigo el debate se ha transformado en una carrera de procedimientos”.
Tanto la discusión como la votación de la moción de censura transcurrieron en ausencia del primer ministro, Boiko Borisov. Durante los debates lo que hacía el premier era recibir a embajadores, y se ausentó de la votación por estar de visita en el Principado de Liechtenstein. Esta postura tampoco ha sido novedad alguna y el primer ministro sigue ostentándola porque las críticas de la oposición obviamente no le preocupan.
En su conjunto, la situación tras la votación dibuja en la vida política interna un cuadro en el que los gobernantes carecen de alternativa. Los votos del partido GERB (95) y de la coalición de los Patriotas Unidos (27) suman un total de 122, o sea, superan en 1 la mayoría absoluta indispensable de 121 votos. Esta mayoría parece frágil pero a la misma suelen sumarse los votos del partido opositor Volya (11), como ahora ha sucedido, y, frecuentemente, también votos del Movimiento por Derechos y Libertades (que cuenta con 25 escaños). En medio de esta situación, con sólo 80 escaños en el Parlamento, la coalición izquierdista “BSP por Bulgaria” aparece, en cierto sentido, como una oposición “solitaria”.
El fracaso de la moción de censura al Gobierno por la corrupción implica que en los próximos meses este tema no formará parte de los puntos más candentes de la agenda parlamentaria. Ahora ya va cobrando el estatuto de tema de más candente actualidad el tema de si ratificar o no el Convenio de Estambul. El Partido Socialista Búlgaro ha propuesto aplazar la ratificación y celebrar un referendo sobre el tema. Desde la coalición de los Patriotas Unidos han expresado que no es necesario convocar un plebiscito sobre un convenio al que la sociedad se opone tajantemente.
Ha aportado un matiz específico a la polémica Ekaterina Zajarieva, viceprimera ministra y titular de Exteriores de Bulgaria, según la cual, puesto que todo el mundo se muestra en contra de la violencia doméstica, sería bueno celebrar una consulta popular a favor o en contra del documento porque de lo que se trata en el Convenio de Estambul es precisamente de la violencia doméstica. Resulta ahora difícil de prever la evolución que tendrán las cosas en lo sucesivo. Mientras tanto van cobrando protagonismo asuntos, aparentemente más sustanciales, de la agenda de la Presidencia búlgara del Consejo de la UE.
Versión en español por Mijail Mijailov
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