A pesar de la compleja situación política interna en Alemania en torno a la composición de la nueva coalición gobernante en ese país, el pasado sábado, 20 de enero, visitaba Bulgaria la canciller federal, Angela Merkel, para informarse de primera mano de las intenciones de la Presidencia búlgara del Consejo de la UE. Al día siguiente, domingo 21 de enero, los socialdemócratas alemanes resolvieron apoyar la celebración de negociaciones en torno a una amplia coalición gobernante. Si alguien había abrigado recelos de que el respaldo patentizado por Merkel a la Presidencia búlgara del Consejo de la UE pudiera verse frustrado por una evolución desfavorable de las cosas en Alemania, se ve ahora que no ha tenido motivos para tales temores.
El pasado viernes, día 19 de enero, manifestaba respaldo a la presidencia búlgara, al visitar Sofía, la ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau. Mientras en París se encontraban conversando la canciller germana Angela Merkel y el presidente galo Emmanuel Macron, en Sofía la ministra francesa destacaba que en las prioridades de la presidencia búlgara para lograr una UE más segura, más estable y más solidaria se reflejaban las propuestas de Francia sobre una Europa soberana, única y democrática.
¿Qué puede significar, en la práctica, el respaldo a la presidencia búlgara del Consejo de la UE, expresado por las dos grandes potencias en el marco de ésta?
Los escritos divulgados en las últimas semanas sobre una corrupción chocante en las altas esferas del poder en Bulgaria, una extrema pobreza y una violación de las normas ecológicas evidentemente no habían producido en las distinguidas visitantes de Alemania y Francia una impresión capaz de disuadirlas de reconocer como socio legítimo al Gobierno actual de Bulgaria.
Tanto en las declaraciones de la parte alemana como en las de la francesa se ha notado un respaldo claro a las prioridades esenciales de la presidencia búlgara, las que con distintos motivos y a diferentes niveles habían sido resumidas ya en diciembre pasado. Según lo anunciado, la presidencia búlgara del Consejo de la UE obrará básicamente a favor de la creación de un número mayor de puestos de trabajo, un crecimiento y una competitividad mayores, por una UE que defienda a todos sus ciudadanos, una unión energética con una política proyectada al futuro en la esfera del clima, y por una unión de la libertad, la seguridad y la justicia.
No obstante ello, Angela Merkel ha celebrado no sólo las prioridades básicas del país, sino también la iniciativa complementaria del primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, de organizar una reunión de la CE con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con vistas a la normalización de las relaciones entre la UE y ese país vecino más grande de Bulgaria. Al agradecer los esfuerzos que Bulgaria está haciendo en la custodia de las fronteras exteriores de la UE, Merkel ha sugerido que la presidencia búlgara podría apostar por el apoyo alemán también en lo tocante a una política más firme con respecto a la migración. Una política de estas características la ha venido reclamando desde hace mucho tiempo el primer ministro de Bulgaria pero no ha podido encontrar siempre comprensión y apoyo en grado suficiente. Disfrutarán de la solidaridad de la parte germana también las intenciones de Bulgaria de acelerar durante su presidencia la integración de los Balcanes Occidentales. Las intenciones de la UE, respaldadas por Alemania, de financiar obras de construcción de autovías, líneas férreas y puertos en los Balcanes las ha calificado Boiko Borisov, primer ministro búlgaro, de contribución valiosa al mejoramiento de la interconexión, el fomento del turismo y la circulación de bienes de consumo y cargas en la región.
La comprobación por parte de París de que en las prioridades de la presidencia búlgara del Consejo de la UE se han reflejado propuestas de Francia implica, probablemente, un respaldo a cualquier esfuerzo de la presidencia búlgara tendente a imprimir un dinamismo nuevo al proyecto europeo. Bulgaria y Francia tienen posiciones coincidentes en este sentido, sobre todo en lo tocante a las reformas en el mercado laboral, la política europea en la Defensa y la Industria Militar, como también en lo que hace a la reforma de la política europea de asilo.
Versión en español por Mijail Mijailov
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