En el Museo de Historia Regional de Sofía hasta finales de febrero se puede ver la exposición Bajo el signo de Mercurio, que repasa el desarrollo de las relaciones comerciales de la ciudad y la región desde la Antigüedad hasta finales del siglo XX. Y esto no es casual, ya que desde el año 106 d.C. la Sérdika romana (antiguo nombre de Sofía), como ciudad de gobierno autónomo, contaba con su propia Casa de la Moneda y acuñó monedas de 17 emperadores. En la mitología romana, Mercurio es el dios de los comerciantes y de los viajeros y protector de la destreza. La curadora de la exposición, Mariana Marínova, responsable de la actividad científica, las exposiciones y el fondo del museo, explica:
Queríamos hacer una exposición que mostrara el período más extenso posible de la historia de nuestra ciudad. Esta era una de las razones para optar por este tema y la otra es que el comercio es una actividad humana principal, relacionada estrechamente con la economía, sin la cual el mundo moderno no podría existir. Por esto pensamos que el tema es interesante y siempre actual. Se presentan hechos poco conocidos por el público que muestran el comercio del pasado. La exposición abarca un período bastante amplio: del siglo II a los años 80 del siglo XX. El tema es inagotable al tratarse de un lapso de tiempo tan extenso, pero da una idea de la importancia que tenía Sofía como centro comercial.
A esto hay que agregar que en la antigüedad, la ciudad que hoy es capital de Bulgaria, era también centro de desarrollo de artesanías:
Sofía está situada en un cruce de caminos desde Europa Oriental al Oriente Medio y el Extremo Oriente, desde el norte frío al cálido Mediterráneo, en la antigua ruta Via Diagonalis, explica la curadora. Esto fue una condición favorable para el desarrollo del comercio. Además, la llanura de Sofía era muy fértil: aquí se cultivaban frutas, hortalizas y cereales, se criaba mucho ganado. Por otro lado, la proximidad de muchos bosques aseguraba madera y creaba premisas para el surgimiento de diversas actividades relacionadas con la explotación forestal. Además, relativamente cerca de Sofía se encuentra la ciudad de Sámokov, conocido centro de extracción de mineral de hierro, lo cual a su vez propició la aparición de oficios relacionados con el procesamiento de este metal y su uso cotidiano. Por ejemplo, en la Edad Media Sofía era famosa por la producción de mazas, una temible arma utilizada en aquella época. Era también un centro en el que los comerciantes reunían mercancías de todas las regiones del país que luego emprendían el camino hacia el Mediterráneo, Europa Occidental o, en épocas más tardías, hacia el Imperio Otomano. El gran auge de los oficios artesanos y la abundancia de variadas materias primas fue una de las condiciones para fundar aquí la colonia de Dubrovnik, que existió durante más de dos siglos y contribuyó al florecimiento del comercio entre las tierras búlgaras y Europa Occidental.
Son innumerables los objetos que se pueden ver en la exposición: las primeras monedas acuñadas con las que se comerció, diversos instrumentos de medición, la primera moneda búlgara de plata con un valor nominal de 2 levas, acuñada en San Petersburgo en 1882 con la inscripción Dios, proteja a Bulgaria, así como muchos otros objetos relacionados con el desarrollo del comercio. Atrae la atención también un escritorio portátil de la época del Renacimiento con un mecanismo para copiar documentos.
Yo, personalmente, –añade la curadora Mariana Marínova–aconsejaría a los visitantes que lean los textos, porque contienen muchos datos interesantes, como por ejemplo, cuánto era el salario en el Imperio Romano y qué se podía comprar con él, cuáles eran las unidades de medida y cuáles son sus equivalentes modernos. De los objetos expuestos, sin duda uno de los más interesantes es el recipiente con el que se vendía ponche por las calles y mercados de Sofía. Se trata de una bebida oriental, llamada en turco salep, hecha a base de tubérculos de orquídeas, muy popular en Bulgaria en el pasado y que hasta el día de hoy se usa en el mundo árabe.
Los visitantes se pueden familiarizar asimismo con la venta ambulante que existió desde la Liberación del país del dominio turco hasta finales de los años 40. Leerán que la primera Ley de Comercio en Bulgaria data de 1880, que el Ministerio de Comercio fue creado en 1893, y la Cámara de Industria y Comercio, en 1898. Detrás del abundante material y las imágenes expuestos hay una extensa investigación de los expertos del museo, que en 2018 celebrará el 90º aniversario de la creación del Museo Municipal, del que es sucesor. El Museo Politécnico Nacional es socio colaborador de la exposición, que es la primera de todas las actividades que el Museo de Historia Regional de Sofía quiere dedicar a la Presidencia Búlgara del Consejo de la UE.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: sofiahistorymuseum.bg
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