El 7 de enero la restaurada iglesia búlgara de San Esteban, conocida también como la Iglesia de Hierro de Estambul, será solemnemente reabierta. La misa de inauguración será oficiada en conjunto por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I y el Patriarca búlgaro, Neófito, Metropolitano de Sofía. Asistirán al acto el primer ministro de Bulgaria, Boyko Borisov, y el presidente de Turquía, Recep Tayipp Erdogan, así como ministros de ambos países, obispos y más de 1.000 invitados.
La restauración de este monumento único del patrimonio histórico búlgaro ha durado seis años y ha costado 15 millones de liras turcas (cerca de 4 millones de euros), proporcionadas por el Ayuntamiento de Estambul. El padre Ángel, que lleva más de 13 años atendiendo a la comunidad ortodoxa búlgara de la ciudad, aporta detalles sobre la iglesia y la vida espiritual de los ciudadanos búlgaros de Estambul.
La reparación del templo empezó en 2011 y debía durar un año, pero se prolongó debido a la profunda corrosión, así que terminó a finales del año pasado. Todo en la basílica ha sido restaurado y reparado. Los viejos ornamentos se han retirado, aquellos que se podían utilizar se han restaurado, los demás han sido sustituidos por otros, según los planes de la empresa austríaca Rudolf von Wagner de Viena, dice el padre Ángel
El templo de San Esteban celebra este año su 120º aniversario y es de gran importancia histórica para Bulgaria, porque allí empezó la emancipación de la Iglesia Búlgara. El príncipe Stefan Bogoridi donó el terreno a la comunidad búlgara de Estambul. Ha pasado más de un siglo desde la construcción de la iglesia y su consagración. Ahora ella está preparada de nuevo para el culto. Este templo único, donde oyen misa los búlgaros residentes en Estambul, atraerá también a muchos turistas y visitantes de la ciudad.
La iglesia de San Esteban es parte de la muy variada paleta de lugares de interés turístico en el territorio de Estambul, explica el padre Ángel. No debemos olvidar que en 2007, después de un detallado estudio de 100 arquitectos turcos, llamados a investigar el estado deplorable en que se encontraba entonces el templo, esta basílica fue declarada el templo más bello del territorio de la República de Turquía. Ahora, después de la restauración, nuestra iglesia será una joya aún más valiosa en la corona de esta ciudad.
En los años de la construcción de la iglesia, en el siglo XIX, había en Estambul 50.000 búlgaros ortodoxos. Actualmente son unos 1.000. Le preguntamos al sacerdote si ellos suelen celebrar las festividades religiosas y si acuden al templo y a la nueva escuela búlgara.
Lamentablemente, mis feligreses son pocos y de edad avanzada. Casi todas las misas se ofician en la capilla “San Juan de Rila” del barrio de Shishli. En “San Esteban”, debido a la corrosión de la estructura de hierro, lo hacíamos sólo algunas veces al año: en Epifanía, en Pascuas, en la fiesta patronal de la iglesia, pero la gente viene con placer. Encienden una vela, rezan por sus necesidades, alaban a Dios y así mantienen lo búlgaro en sus familias. Y respecto a la escuela búlgara, su apertura hace dos años fue una iniciativa del Consulado General de Bulgaria en Estambul. En ella hay tres grupos de edad: niños del 1º a 4º curso escolar y jóvenes de la secundaria, de 6º a 8º. Acuden principalmente hijos de personas que han llegado de Bulgaria, así como de emigrantes búlgaros. El tercer grupo son adultos mayores de 35 años que desean estudiar búlgaro. Algunos de ellos son de mi parroquia, termina el padre Ángel.
Versión en español por Marta Ros
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