El cabo Kaliakra es uno de los lugares más pintorescos de la costa búlgara del mar Negro. Se adentra dos kilómetros en el mar, y las olas han excavado en sus acantilados de 60 - 70 metros de altura, profundos nichos y cuevas, en los que hasta 1981 se refugiaban focas monje. El cabo Kaliakra se encuentra entre las primeras zonas protegidas de Bulgaria. En 1941 fue declarado reserva natural.
La mayoría de aves que se pueden ver ahí son especies protegidas y están incluidas en el Libro Rojo de Bulgaria (una lista oficial de las especies en peligro de extinción en territorio búlgaro). La notable naturaleza de la zona incluye también praderas esteparias únicas en el país.
Cuando en 1966 se creó el movimiento "100 lugares de interés turístico en Bulgaria", Kaliakra entró en la lista como "reserva arqueológica". El ligero color rojizo de los acantilados le otorga al cabo Kaliakra encanto y singularidad inconfundibles. Su extraña forma ha alentado la imaginación de quienes crearon la leyenda de San Nicolás. El santo huía de los turcos y se acercaba cada vez más al mar. Dios vio que estaba en peligro, y fue alargando el terreno para ayudarle: así se creó el cabo. Actualmente en el lugar donde el santo fue apresado y ejecutado hay una capilla en su honor.
Tódor Tódorov, experto en Arqueología del Museo de Historia de Kavarna, aporta más información sobre Kaliakra:
Los habitantes de Kaliakra han interactuado con el entorno. Se han beneficiado de las ventajas y han compensado las desventajas. Los primeros habitantes de la zona fueron los miembros de la tribu tracia Tirizi, y por ello el nombre del cabo durante el período helenístico era Tirisis. El primer geógrafo e historiador griego, Estrabón, menciona a finales del siglo I a. C. el cabo Tirisis como un lugar fortificado. Escribe que en la época de la colonización macedonia de Tracia en ese lugar escondió sus tesoros Lisímaco de Tracia, el sucesor de Alejandro Magno. Es probable que lo hiciera, porque en la zona se han encontrado monedas suyas de oro y bronce. Durante la segunda mitad del siglo IV a.C. los colonos tracios construyeron la primera muralla.
Sobre el desarrollo de Kaliakra a través de diversas épocas, Tódor Tódorov explica:
Según los estudios arqueológicos, durante la época helenística la parte meridional del cabo estuvo habitada. En un territorio de alrededor de 3 hectáreas había un asentamiento. La muralla, datada entre los siglos III y II a.C., fue construida con grandes bloques de piedra bien tallados, sin argamasa entre ellos. De aquella época es la calle principal, a ambos lados de la cual se han encontrado restos de edificios. Se han hallado fragmentos de cerámica y ánforas importadas, objetos que muestran que Tirisis era un punto de unión entre la tierra firme y el mar. Hasta el siglo IV el cabo estuvo bajo el dominio del Imperio Romano. Los romanos restauraron las viejas murallas y construyeron otras dos. Se han descubierto restos de instalaciones de fontanería y un baño romano. Tras la muerte del emperador Teodosio, en el año 395, el Imperio Romano se dividió en Oriental y Occidental. Tirisis, con el nuevo nombre de Acre, quedó en el lado Oriental. Posteriormente el Imperio oriental fue llamado Bizancio, y a mediados del siglo VII Acre quedó incluida en las fronteras del Primer Reino Búlgaro. En el siglo XIII aparecía en los mapas italianos con el nombre de Kaliakra.
El desarrollo feudal llevó a la fragmentación del reino búlgaro. Entre el curso inferior del Danubio y el mar Negro se extendía el "despotado de Dobrudzha", cuya capital era probablemente Karvuna. Sobre Balik, el primer gobernante del despotado, hay información que se remonta al año 1346. Tras su muerte entró en escena otro déspota, Dobrotitsa. Durante los años 50-60 del siglo XIV Kaliakra se convirtió en la capital del despotado de Dobrudzha, algo que atestiguan las monedas de cobre halladas. Kaliakra era también un centro espiritual: se han encontrado cuatro iglesias, que por su planta y su decoración recuerdan a las de los siglos XIII y XIV de la ciudad costera búlgara de Nesebar. El comercio jugó un importante papel en el desarrollo de Kaliakra en la Edad Media, y el puerto contribuyó a ello en gran medida.
Según Tódor Tódorov, por las fuentes históricas queda claro que el déspota Dobrotitsa creó una potente flota militar para proteger los intereses del despotado. El experto señala como una posible fuente de información la imagen de una galera en la transcripción búlgara de la Crónica de Manasés, del siglo XIV. Sobre las más importantes batalles navales libradas a la altura del cabo Kaliakra, explica:
El cabo Kaliakra ha sido testigo de la mayor batalla en el mar Negro. En 1787, el Imperio Otomano le declaró la guerra a Rusia, y durante el año 1791 fue concentrando aquí su poderosa flota. Se le enfrentó la flota rusa, mucho más pequeña, al mando del contralmirante Fiódor Ushakov. Arremetió desde una corta distancia contra los buques turcos, que se vieron forzados a huir en desbandada. Las maniobras empleadas por Ushakov en Kaliakra fueron utilizadas más tarde por el vicealmirante británico Horacio Nelson en las batallas del Nilo, en 1791, y más tarde en Trafalgar, en 1805.
Actualmente en el cabo Kaliakra se alza un monumento conmemorativo de la victoria de Ushakov.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: Svetlana Dimitrova, Wikipedia y archivo
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