Un nuevo método de entrenamiento va desplazando con éxito las largas y penosas sesiones de entrenamiento, los ejercicios en los gimnasios de musculación y moldea el cuerpo por sólo 15 a 20 minutos diarios. Ejerce, además, un efecto benéfico en la circulación sanguínea y linfática y en el aparato motor. Puede que suene un tanto inverosímil pero para los deportistas profesionales y los fisioterapeutas este método es familiar desde hace mucho y se basa en estudios y prácticas científicas prolongadas. Se trata de la estimulación eléctrica de los músculos que provoca la contracción y extensión de los mismos con una mayor intensidad, sin sobrecargarlos por ello. A través de la estimulación de los grupos de músculos principales se van activando hasta el 90 % de los filamentos musculares y esto se traduce en hasta 36 mil contracciones musculares en una sesión de 20 minutos.

Se puede destacar con orgullo que Bulgaria ha tenido una contribución notable a la evolución de esta tecnología, pese a la postura desdeñosa del Estado con respecto a los círculos científico-técnicos nacionales. Los autores son científicos jóvenes de la Academia de Ciencias de Bulgaria quienes, a pesar de las dificultades y la remuneración humillante, confían que el país todavía tiene el potencial para volver a colocarse en las filas de la vanguardia. El autor del proyecto es Ivaylo Guetsov quien, tras relacionarse con los científicos jóvene,s ha logrado llevar a buen puerto su idea.

Gracias a Dios hemos logrado situarnos en la cresta de la ola y lo que actualmente ofertamos y tenemos la idea de colocar en el marcado es el resultado de una elaboración de muchos años que se desarrolló en Bulgaria y en la extinta Unión Soviética. Tenemos la oportunidad de transformarnos en unos de los fabricantes primordiales en este terreno. A esta etapa hay 6 compañías a nivel mundial cuyos modelos se ofertan en el mercado y nosotros, en la práctica, seremos el séptimo fabricante. Para nosotros es muy importante mantener el origen búlgaro del producto. Podemos asegurar orgullosos que el aparato ha sido concebido y está siendo fabricado en Bulgaria y este hecho es para nosotros la mayor publicidad. Ya existe un interés bastante importante en el país y esperamos que también surja en el extranjero. Tras obtener los certificados indispensables de la TUW, tendremos una seria presencia en el extranjero. Por cierto, forma parte de nuestros planes más atrevidos poder participar el próximo mes de abril en la muestra más prestigiosa para semejantes aparatos que se organiza en Colonia. Me imagino que allá nuestros colegas de España, Alemania y Australia se llevarán una sorpresa muy desagradable ya que seremos, los búlgaros, los únicos en ofrecer cinco variantes diferentes de la respectiva tecnología. A estas alturas no voy a revelar los secretos pero lo que sí puedo decir es que los productos han sido elaborados y sólo resta ponerlos en producción en serie.

La propia tecnología del electroestimulador muscular ha sido fruto de las investigaciones científicas sobre la hipodinámica en espacios reducidos como son las estaciones orbitales y los submarinos. Según Ivaylo no es una tecnología milagrosa capaz de resolver todos los problemas en el mundo, sino una posibilidad de ahorrar tiempo para poderlo pasar al lado de los familiares, para enriquecer nuestra cultura. El propio Ivaylo se asoma a esta tecnología, primero como usuario, pero luego resuelve abrir estudio propio para estimuladores eléctricos de los músculos y se le ocurre ir mejorando la tecnología. Él se ha formado en la Escuela Naval Superior “Nikola Yonkov Vaptsarov”, de la ciudad de Varna, y para él no hay cosas imposibles. Cuando comenzó a utilizar intensamente los equipos de la competencia se dio cuenta al poco rato que su diseño le desagradaba y así se puso a mejorar lo que tenía al alcance de la mano.

En un momento determinado me di cuenta de que aquello carecía de sentido y así, con amigos de la Academia de Ciencias de Bulgaria decidimos, el pasado mes de diciembre, ir elaborando la tecnología. En marzo del año en curso ya estábamos listos para la producción. Toda la vida he aspirado a convertir mis sueños en algo viable y así decidí que había llegado el momento para materializarlos. Sin la asistencia de los colegas de la Academia no podía haber concluido mi proyecto. Es que ellos tienen conocimientos a un nivel científico muy elevado en la esfera de la programación y la radioelectrónica. En nuestro equipo soy yo el generador de ideas sobre cómo ha de ser el producto para ser comercializado, y los amigos de la Academia de Ciencias de Bulgaria son los realizadores técnicos. Doy las gracias a Dios por existir en Bulgaria tales personas. Nos alienta el hecho de que en este país no se ha apagado la llama del pensamiento técnico y espero que nosotros la podamos avivar. Hay que tener bien claro que sin el desarrollo de la esfera científica nacional Bulgaria se convertiría en una república bananera.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Darina Grigorova y archivo personal