Este año se cumplen 45 años de la fundación del Centro de Estudios Tracológicos “Prof. Alexánder Fol”, adscrito al Instituto de Estudios Balcánicos. La Prof. Valeria Fol, reputada especialista en Tracología, habla sobre la cultura y el gran patrimonio que nos legaron los tracios.
Los tracios dejaron numerosos monumentos, desde los inicios del tercer milenio a. C., cuando empezó a formarse la etnia tracia, hasta la Antigüedad tardía. La cultura tracia era aristocrática, es decir, hemos heredado espléndidos tesoros y armamentos ceremoniales, como también fortalezas, muchos megalitos, santuarios excavados en las rocas, amén de varias poblaciones y necrópolis; en general, todo lo que acompaña la vida del ser humano y de la sociedad lo hallamos en la tierra. Afortunadamente en Bulgaria se encontraban los centros políticos y religiosos de los reinos tracios más grandes: de los odrisos, los getas, los besos, los tribalos. Por eso en el territorio búlgaro se puede apreciar el centro político y religioso formado en el Valle de Kazanlak, en las tierras en las inmediaciones de Panagyurishte, Starosel, la ciudad de Vratsa, etc. En la montaña Ródope, en la cordillera de los Balkanes y en la zona de los Antebalcanes se han conservado unos de los santuarios más grandes, algunos de ellos también observatorios. Mientras que en la montaña Sakar, las partes levantinas de Ródope y los Antebalcanes hay diseminados muchos monumentos megalíticos bien conservados”.
Los tracios desarrollaron relaciones en diferentes esferas. Establecieron contactos comerciales tanto con los pueblos nórdicos como con Asia Menor, con el Mediterráneo, así como con Europa Central y del Norte. Sus contactos comerciales se extendían hasta el Mar Báltico. Además contraían matrimonios dinásticos; los aristócratas tracios se casaban con princesas de los reinos vecinos. Esa aristocracia tracia se había formado ya a inicios del tercer milenio a.C.
En los territorios tracios había grandes yacimientos minerales de oro, plata y cobre. Todavía en tiempos prehistóricos, en el Calcolítico, los tracios comerciaban con otra materia prima de gran importancia, la sal, y también con madera y alimentos. En su economía la ganadería y la agricultura eran de igual importancia.
Y un detalle importante: los tracios eran un pueblo ecuestre, desde la nobleza hasta el ejército, que en su mayoría era de caballería. Es importante destacar este detalle, ya que si hacemos un paralelo con la contemporaneidad, la caballería era como las brigadas de tanques durante la II Guerra Mundial, o sea, una poderosa fuerza ofensiva, señala Valeria Fol. En la cultura búlgara se conservan un gran número de relictos de la fe tracia y sus ritos. Se investigan en profundidad porque forman nuestra identidad. Actualmente se realizan también otros estudios, incluido genéticos. No obstante, una etnia es lo que es su cultura. Eso es lo importante. Y los tracios nos dejaron mucho: los ritos de la mascarada, el rito nestinar de bailar sobre brasas ardientes, como también una serie de elementos en los ritos nupciales, funerales y de parto. Son sumamente importantes porque acompañan el ciclo de la vida del ser humano, de la familia y de la sociedad.
La Prof. Valeria Fol se refiere asimismo a los misterios que nos dejaron los tracios.
Son muchos los misterios tracios, porque fueron un pueblo de grandes logros tecnológicos en el procesamiento del metal, en la astronomía. Conservaron la sabiduría sin dejarla por escrito, es decir, la transmitían por medio de la enseñanza y la educación. Se hacía tanto en grupos abiertos como en sociedades cerradas. Por ejemplo, poseían habilidades extraordinarias en la construcción de salas acústicas. Actualmente, estamos estudiando la acústica en lo que popularmente se conoce como montículos funerarios. La mayoría son templos de iniciación y formación de aristócratas. El saber es poder, los tracios lo sabían y transmitían sus conocimientos de generación en generación, solamente a quienes eran dignos de ser portadores de la sabiduría. No existía democracia en cuanto a los conocimientos específicos. Por ejemplo: los conocimientos en astronomía, en construcción y en acústica se transmitía solo a quienes tenían cualidades. Por eso desde la Antigüedad los misterios –porque los ritos de transmitir la sabiduría son misterios– están relacionados con los tracios, con Orfeo y con las sociedades masculinas cerradas. En el caso de las mujeres, la sabiduría se transmitía de otra manera, también en grupos, después de iniciar a quienes eran dignas del saber. Los tracios poseían grandes conocimientos curanderos. Conocían a la perfección las cualidades curativas de las hierbas y los minerales, dice en conclusión la Prof. Valeria Fol.
Y al final: en el gran proyecto de la Academia Búlgara de Ciencias titulado “Los tracios: génesis y desarrollo de la etnia, identidades culturales, relaciones intercivilizacionales y patrimonio de la Antigüedad”, se realizan estudios especializados con la participación de científicos búlgaros y extranjeros.
Versión en español por Plamen Jrístov
Foto: Archivo personal
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