Ser innovador lleno de ideas inusuales y originales es más bien un obstáculo en este país que una ventaja, sobre todo en el conservador sistema educativo. En los grandes colegios citadinos las innovaciones suelen venir desde fuera, participando en proyectos, seminarios y competiciones, proyectos creados para actividades extraescolares. La pequeña escuela primaria de la aldea de Seydol, en el noreste de Bulgaria, supera los marcos y estándares del sistema educativo búlgaro. El trabajo con los niños de Seydol es un ejemplo de cómo, trabajando con más ingeniosidad y dedicación, se superan gran parte de los defectos del sistema educativo. Además, cuenta con un edificio y cancha acogedores y cómodos, que podrían ser razón de envidia de muchos colegios europeos bien subvencionados.

La buena educación de los niños de Seydol y su interés incentivado por el saber es mérito, sobre todo, de Dinko Jrístov, director del colegio. Desde hace 30 años él ha unido su vida con el largo y duro camino de la educación en el terruño. Cerrada y abierta nuevamente, la escuela hoy en día es un reconocido centro educativo no tradicional. El proceso de aprendizaje de los alumnos está ampliamente relacionado con las continuas actividades de investigar y archivar y, a la vez, con unas lecciones presentadas de una forma atractiva, combinadas con tareas creativas en el ámbito de la ecología, la biología, la astronomía, los conocimientos sobre el terruño, etc.



Todo el cuadro de la educación y el saber en la aldea de Seydol lo describe Dinko Jrístov, director de la escuela primaria “Videlina”:

Es la única escuela fuera de los estándares, en el sentido innovador, es más, afirmo que es la más original de Bulgaria. Todo eso es gracias a la labor de las personas que trabajan en este centro. Todo lo que posee se debe a la labor de los profesores y sus ideas. Ocupo el cargo de director desde hace 30 años y, a lo largo de todo ese tiempo, he intentado introducir al aula, como una forma de refuerzo del proceso de aprendizaje, todo aquello que está dentro de la tierra: la arqueología, la mineralogía; también lo que está sobre la tierra como el hogar, la cultura, la naturaleza viva, el arte, la etnografía, los oficios; también hasta lo que está en el cielo, quiero decir, el observatorio. Hemos creado buenas condiciones para que los niños de Seydol tengan presentes las más interesantes muestras escolares, para que las toquen, observen y utilicen durante las clases. Queremos que ellos obtengan una visión mucho más amplia del mundo que los niños de otro centro. Algunos de mis colegas bromean que acudir a nuestro colegio es tan enriquecedor como si uno hubiera recorrido todos los lugares de interés de esta región. Aquí lo tenemos todo: un zoo que alberga animales de la localidad, un museo de los minerales, una pinacoteca, una exposición etnográfica, todo está aquí en el campus escolar. Durante los últimos años he ido recolectando las colecciones con sumo cuidado y me he esmerado para que se conserven.

Siempre he sido una persona inusual y original, también lo he sido como profesor, reconoce el director Dinko Jrístov. Él nos presenta una de las salas donde se pueden apreciar trofeos de caza de animales salvajes. Es interesante constatar que todas las muestras son de plástico y materias artificiales. Dinko Jrístov profesa una actitud humana por los animales, nunca mataría un animal y transmite esta actitud a sus alumnos:

La única meta que nos proponemos como resultado final de todo lo que hacemos es formar a unas personas íntegras, capaces de realizar sus sueños y propósitos en la vida y sobrevivir. Está claro que el que tiene las cualidades de llegar a ser un científico, lo será; el que quiera ser ganadero, lo será también, es decir, cada uno encontrará su sitio bajo el sol. Sin embargo, de alguna u otra manera, cada uno tiene que saber trabajar, ser concienzudo, tener una actitud seria por aquello a lo que se dedica y respetar el trabajo de los demás. Si hemos logrado transmitírselo a nuestros alumnos, entonces hemos hecho un buen trabajo y hemos formado a buenas personas. Con el pasar del tiempo lo hemos demostrado con nuestros actos.

La última innovación del colegio de Seydol es el taller de alfarero, en el cual se realizan actividades con alumnos que previamente han indicado su interés por formarse en este oficio. A continuación Dinko Jrístov explica:

Los productos elaborados por los niños se acogen muy bien en todas partes y por todos, de ese modo es como llegamos a la idea de crear una clase de alumnos adscrita a la escuela primaria después del 7º grado, o sea, a los 14 años de edad de los alumnos. Los buenos resultados no tardaron en venir, mas primeros tanto los alumnos como los profesores deben apasionar en el trabajo, ya que esta materia es diferente de las otras ya conocidas. La fórmula del éxito está en el trabajo incesante y en el esmero con el que se realiza éste. Cuando el profesorado ve que se trabaja seriamente, llega el entusiasmo de todos. Nadie se queda impasible y cada uno aporta a la causa en la educación. Con nuestra labor en la escuela, damos más sentido a nuestra vida.

Versión al español por Plamen Jrístov
Fotos: seidol-videlina.com