A finales de 2016, la Municipalidad de la ciudad de Svogue, en el oeste de Bulgaria, desafió a todos aquellos periodistas que quisieran ser reporteros “extremos”. La invitación va junto con el proyecto de la Municipalidad de convertir en un futuro próximo la localidad en una “Capital de los deportes extremos y el turismo de aventura”.
Iniciada la primavera, se ha puesto en marcha la plataforma para popularizar las bellezas de Bulgaria en la región del desfiladero del río Ískar con el fin de presentar este país de una nueva manera a los aficionados de los deportes extremos. El equipo que se ha hecho cargo de esta tarea difícil está especializado en diferentes esferas, además cuenta con la colaboración de Iván Kristoff, conocido como el “hombre araña”.
Desde 1990 Iván Kristoff vive en Toronto donde pronto ganó fama y se convirtió en una atracción debido a sus actividades arriesgadas: escala grandes edificios, realiza trabajos complejos en lugares de difícil acceso, dirige a un equipo que hace obras de reparación de las fachadas de los rascacielos, cuelga de un helicóptero, capta imágenes desde el aire de obras de trabajo, participa en operativos de rescate. En breve, es un experto en operaciones verticales y aéreas. Además, es el principal responsable para la organización de entrenamientos extremos para periodistas, para que adquieran experiencia preparándose en lugares peligrosos y de difícil acceso.
¿Qué cualidades debe poseer un periodista extremo? y ¿qué es lo que haría a un periodista escoger esta profesión? Respuesta a estas preguntas ofrece el “hombre araña”:
Si buscan en Internet el significado del término “embedded extreme journalist”, no encontrarán nada. Somos los primeros en lanzar esta iniciativa. La idea es que los lugareños, que conocen mejor la zona, compartan sus habilidades con los periodistas. Son pocos los búlgaros que practican escalada y espeleología en esta región.
Por eso sería bueno promover el Desfiladero del río Ískar como destino de interés en este ámbito. Se podrían organizar paseos en helicóptero a lo largo del desfiladero, carreras de automovilismo y descensos en bicicleta alrededor de la cascada de Skakla. Sería una nueva experiencia para los periodistas.
El objetivo de Iván Kristoff es difundir esta idea también en el extranjero, concretamente en el Oriente Medio, ya que tiene contactos con la familia real de Dubai y es socio de varios salones de exposición de helicópteros. Las bellezas de Bulgaria y las oportunidades de desarrollo de este tipo de negocio innovador podrían atraer inversores. En opinión de Kristoff, empero, existen obstáculos que impiden la realización de su plan.
En vez de buscar el desarrollo a semejanza de los países occidentales, sea con estrategias de mercadotecnia, sea estudiando la región, la gente de este sector espera hacer el agosto mediante subvenciones concedidas por la Administración Píblica. Ésta, por su parte, reclama que se le pague. Es un círculo vicioso que no beneficia a nadie y en el que nadie gana, comenta.
Según Iván Kristoff, la fuertemente reducida tasación de la vida en Bulgaria es otro problema importante. Incluso teniendo seguro, si alguien se pierde en la montaña, la indemnización por el rescate costaría 1000 levas (equivalentes a 500 euros). O sea, que mejor sería morir porque la operación de salvamento saldría salada.
Una de las cosas por las que he luchado es que las misiones de rescate de personas sean gratuitas, ya que no se trata de comercio. Fui uno de los primeros en proponer que en las operaciones de rescate participaran voluntarios. Si alguien dispone de equipos técnicos y de posibilidades para ayudar, ¿por qué negarse a hacerlo? Nunca sospecharía que alguien pudiera aprovecharse de la desgracia de un ser humano en peligro.
Versión en español por Plamen Jrístov
Fotos: svoge.bg
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