Desde el acceso de Bulgaria a la UE, hace 10 años, hasta la fecha, la economía búlgara ha tenido un crecimiento de casi un 74%. Importa destacar que la inflación en este período decenal ha sido de un 41% aproximadamente. Es decir, la economía de Bulgaria, en una expresión real, ha tenido un crecimiento de casi un 25 %. Así lo expresa para Radio Bulgaria, Gueorgui Stoev, economista de la Industry Watch. El crecimiento de los salarios en estos diez años ha sido de un 170 %, aproximadamente, y se adelanta sensiblemente al crecimiento del PIB.
Dicho en otros términos, se está observando un incremento bastante acentuado de los ingresos reales de que dispone la población, dice Gueorgui Stoev y agrega: La productividad del trabajo crece a unos ritmos buenos para Europa y los salarios consiguen compensar el déficit de capital humano en algunos sectores. Pondré por ejemplo, la industria transformadora en Plovdiv, sector en el que los sueldos han crecido un 10 % en los últimos doce meses. Actualmente los empleadores en la zona industrial de esta segunda mayor ciudad búlgara planean nuevos aumentos de las remuneraciones a razón de un 8 % anual. De manera que sobre este letón de fondo probablemente haya necesidad de reconsiderar las peticiones y exigencias de toda clase para una intervención política y regulación de los salarios en Bulgaria.
El mayor desequilibrio, a nivel regional, entre los índices de “poder adquisitivo” y “riqueza de la población”, se observa entre Sofía y el resto de las regiones del país. En la capital de Bulgaria existe una enorme concentración de actividad económica y de población activa, y las diferencias en la remuneración en Sofía y en otras regiones de Bulgaria son de varias veces a favor de la capital. Las disparidades entre el norte y el sur de Bulgaria son igualmente espectaculares. En las regiones al norte de la cordillera de los Balcanes se encuentran empleados apenas un 29 % de todos los búlgaros con empleo. Resulta alentador el hecho de que algunos sectores como son la industria del software y la de externalización de servicios ya vayan reduciendo con rapidez la distinción entre los sueldos en Sofía y el resto de ciudades de Bulgaria. Hay que resaltar que los salarios en la industria del software cobrados en Sofía y en Plovdiv son casi iguales.
Actualmente es la ciudad de Plovdiv el centro de estos tipos de industrias pero pronto las mismas ya se orientarán a otras urbes como Veliko Tirnovo, Burgás y Blagoevgrad, todas ellas centros universitarios, señala el economista y añade: En el norte de Bulgaria, el problema no reside tanto en el empleo sino en el hecho de que la gente allá genera valor añadido pequeño. Habría que apostar por inversores que creen un pequeño número de puestos de trabajo pero de elevado valor añadido. Las regiones en el norte de Bulgaria y las zonas despobladas necesitan de tal tipo de empleadores e industrias, en vez de las que en los últimos años generaban varios centenares de puestos de trabajo e incluso, varios miles. De esta manera el inversor no quedará decepcionado por un déficit de cuadros y los habitantes de la respectiva región se sentirán satisfechos de poder trabajar con alta productividad y disfrutar de un aumento rápido de sus ingresos.
¿Está logrando Bulgaria darle alcance al resto de países de Europa Central y del Este por estos indicadores o bien la horquilla se abre aún más?
Sí, hay una aproximación a esos países y esto se nota en la estadística de la Eurostat. Lo que es más interesante es que las regiones en Bulgaria se van desarrollando a velocidades muy distintas. Por ejemplo, la región de Sofía ya es una región más próspera que algunas regiones en Grecia y Portugal. Al mismo tiempo algunas regiones septentrionales de Bulgaria siguen siendo las más pobres en Europa. De modo que mi consejo es que, a la hora de proceder a estas comparaciones, no nos fijemos tanto en las economías nacionales sino en cotejar las regiones, sobre todo en estos tiempos en que los inversores están examinando ciudades o regiones concretas sin interesarse tanto en cuál jurisdicción nacional invertirán en el ámbito de la UE.
Respecto a la repercusión que la entrada de Bulgaria en la Eurozona tendrá sobre los precios de los bienes de consumo y de los servicios, el economista dice: No hay fundamentos para esperar un alza de los precios tras la adopción del euro puesto que Bulgaria ya lo utiliza como moneda de reserva. En el momento en que, de modo meramente formal, cambiemos la moneda búlgara, la leva, por el euro, será posible que algunos comerciantes se empeñen en subir los precios pero, en última instancia, el mercado se encuentra abierto y competitivo, y la economía, actualmente, está importando en euros una buena parte de los bienes de consumo. Por esta razón no hay motivo de que estos precios cambien el día en que el euro se convierta en moneda oficial en Bulgaria, concluye el economista Gueorgui Stoev.
Versión en español por Mijail Mijailov
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